La reina Isabel también tiene zapatos favoritos
Como cualquier otra mujer, la reina Isabel II tiene sus zapatos favoritos. Pero no es cuestión de frivolidad, es la comodidad y el soporte que le dan lo que ha conseguido que los use por 50 años.
Estas características son importantes para ella ya que en todo evento público, oficial y real tiene que estar mucho tiempo parada y debe caminar por diversos terrenos. Estos zapatos desde hace años han encontrado en ella una fiel seguidora. La Reina simplemente no puede decir: "Estoy incómoda o no puedo seguir caminando”.
Cuando la Reina era joven usaba zapatos con un tacón un poco más alto y delgado pero conforme avanzaba su edad necesitaba de algo más cómodo. Los zapatos Trusty de charol son originales de Eddie Rayne, la Reina llegó a él por recomendación de su madre, la Reina Madre. En su máximo esplendor Rayne tenía 70 tiendas y 4 fábricas e hizo zapatos para Elizabeth Taylor, Margaret Thatcher y Wallis Simpson. Tiempo después la princesa Ana y la princesa Diana también los usaron.
En un viaje a Nueva York, Rayne reveló la talla de la Reina, esto fue expuesto en varios medios internacionales y fue un escándalo. Debido a esto Rayne fue convocado al Palacio de cortesanos y finalmente fue perdonado por la Reina. Como siempre le fue leal a la Reina, fue nombrado caballero Eddie Rayne. Cuando él murió la Reina mandó buscar alguien que trabajara con el para que siguiera haciéndole sus zapatos a la medida.
David Hyatt fue el elegido, en ese entonces ya trabajaba para otro zapatero, Anello y Davide. A partir de ese momento ellos fueron los encargados de hacer los zapatos de la Reina: el par cuesta 1,000 libras (20 mil pesos). Según Hyatt le mandan uno o dos pares al año y en ocasiones solamente le arreglan los tacones. A la Reina no le gusta gastar mucho dinero en zapatos.
Así se hace un zapato "real"
Anello y Davide hacen estos zapatos a mano en Kensington. Para crearlos se necesitan 4 personas. El equipo trabaja a partir de una madera que ya es de la talla de los pies de la Reina, después se hace un recorte de patrones, se selecciona el cuero, se cose la parte superior y añade refuerzos; y al final se le añade la suela y el tacón. Están hechos de piel de ternera, por lo general son negros de charol (aunque tiene en varios colores) y tienen un broche de latón.
El tacón es clave para su uso, este es grueso y de 2.25 centímetros de altura, además por dentro cuentan con una plantilla para dar el tamaño necesario y tiene un tipo “ascensor” para el arco. Si son superficies irregulares, el tacón será menor. Sus zapatos la acompañan desde visitas a la cárcel a el desfile del jubileo de diamante. Además de cómodos, son repelentes al agua, excelente característica dado el lluvioso clima londinense.
Pero a pesar de que son hechos a manos no quedan a la perfección y por lo tanto se requiere de la ayuda de una persona más. Es el miembro más joven del personal de Buckingham Palace, el tiene el mismo tamaño de pie que la Reina y por lo tanto los usa antes y camina con ellos para darles la forma final. En ocasiones la asistente personal de la Reina, Angela Kelly, se pone calcetines al tobillo de algodón y camina sobre alfombras para “aguadarlos”. Después se hace una prueba fuera del Palacio para evitar caídas.
Un vez que la Reina los usa, dos personas específicamente, Ian y William, son los encargados de su cuidado, ellos los pulen y los guardan. Para ser guardados se les pone una horma y luego se meten individualmente en una bolsa de seda o algodón. No cabe duda que la Reina sabe cuidar bien de sus cosas y le gusta estar siempre impecable, por eso todo ese cuidado para cada uno de sus amados zapatos.