Charlene y Alberto de Mónaco, ¿problemas en el paraíso?
Al parecer Charlene no pudo asistir a la ceremonia que congregó a la mayoría de las casas reales del mundo debido a que se encontraba en Durban para su fundación, además, para ser dama de honor en la boda de su mejor amiga. Esta fue la razón principal por la que no acompañó a su esposo Alberto la semana pasada en su viaje oficial a Holanda para la investidura de Máxima de Holanda.
Esta semana la princesa Charlene, en apoyo a su fundación, dio una entrevista a Sunday World, donde hizo algunas declaraciones que han sido sujetas a críticas y varios comentarios. Mencionó que cada día se siente más a gusto con su título y que los niños no han sido su prioridad después del matrimonio con el amor de su vida, Alberto, como ella se refiere a él. Pero a su vez, menciona que no se va a presionar, que si pasa qué bueno, ella está lista y cree que ya pronto vendrán.
Pero este tema no empezó hace una semana, por el contrario, todo el revuelo sobre la extraña relación que mantienen los príncipes ha sido criticada desde el día del anuncio de su compromiso. Se decía que el matrimonio había sido arreglado para ocultar la preferencia sexual del Príncipe, además de para mejorar la imagen de la casa Grimaldi, y finalmente para poder tener un heredero legítimo que tenga el apellido Grimaldi, pues como ya se sabe, Alberto tiene algunos hijos fuera del matrimonio. Además corre el rumor de que el matrimonio está basado en un contrato donde se incluye una módica cantidad y establece que el matrimonio debe durar por lo menos cinco años y debe haber un heredero.
El periódico francés L’Express publicó que la boda estuvo a punto de no llevarse a cabo por una infidelidad por parte del Príncipe, incluso que de esta relación había nacido un hijo, el tercero para Alberto fuera del matrimonio. Acto seguido, Charlene dejó el Palacio Grimaldi para regresarse a Sudáfrica, pero la aduana no le permitió salir. ¿Será esa la razón por la que el día de su boda se notaba bastante seria e incluso se podría decir que triste? En su luna de miel viajaron a Sudáfrica, donde durmieron en hoteles diferentes, según, por comodidad.
A dos meses de celebrar su segundo aniversario de boda, Charlene no logra convencer en su papel de princesa. Cada vez son menos las ocasiones en que aparece en actos oficiales, sólo asiste a desfiles de moda o viaja a su país. En este año, sólo se le ha visto en el Baile de la Rosa y en el torneo de tenis, donde además se le vio con un gesto poco agradable.
Si dicho contrato existe, aún quedan tres años para que la pareja tenga un heredero al trono del principado, de lo contrario sería el hijo de la princesa Carolina, Andrea Casiraghi, el siguiente en la línea de sucesión. ¿Podrá un Casiraghi estar a la cabeza de la familia Grimaldi sin llevar como primer apellido éste último? Lo único que podrá darnos esta respuesta, es el tiempo.
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