Príncipe Enrique: `Sí he matado gente, como muchos otros´
Con el regreso a su país, el capitán Gales se convierte de nuevo en el príncipe Enrique. El Ministerio de Defensa anunció el lunes que Enrique, de 28 años, ha emprendido el regreso al término de una misión de cinco meses en Afganistán, donde fue piloto de un helicóptero Apache en el Cuerpo Aéreo del Ejército. El ministerio se abstuvo de informar dónde se encontraba exactamente el príncipe, tercero en la línea de sucesión al trono británico. En entrevistas que se le hicieron en Afganistán, Enrique se dijo aburrido y frustrado en ocasiones, así como satisfecho de su misión en la que disparó contra combatientes del Talibán en operaciones de apoyo a fuerzas terrestres. Cuando se le preguntó si había aniquilado enemigos desde la cabina del piloto respondió que "sí, igual que muchos".
También habló de sus dificultades para equilibrar sus funciones como oficial del ejército con sus obligaciones reales, y de su alivio por la oportunidad de ser parte de un grupo de soldados. "Mi padre siempre intenta recordarme quién soy y cosas así", dijo Enrique, el hijo menor del príncipe Carlos y de la fallecida princesa Diana. "Pero es muy fácil olvidar quién soy cuando estoy en el ejército. Todos utilizamos el mismo uniforme y hacemos las mismas cosas", apuntó. Destacado en la extensa base británica Bastion, en el sur del desierto afgano, el príncipe —conocido como el capitán Gales en el comando militar_, efectuó numerosas misiones aéreas como copiloto artillero; en ocasiones disparó cohetes y misiles contra los combatientes del Talibán.
"Tomar una vida para salvar otra. Ese es nuestro eje, supongo", dijo. "Si hay gente que pretenda causar daño a nuestros soldados, los eliminaremos", apuntó. Fue la segunda misión del príncipe Enrique en Afganistán y transcurrió sin más contratiempos que la primera, en 2007-2008, que fue abreviada tras 120 semanas cuando una revista y sitios en internet revelaron detalles de su ubicación. La prensa británica convino en que era necesario no mencionar el paradero de Enrique por razones de seguridad.