Adriana, Mercedes, María y Kenya, mujeres que luchan por una mejor sociedad

Durante la plática, las participantes reconocieron que ser activista es uno de los trabajos más riesgosos que existe y, sin embargo, cuando se unen con otras personas es que los retos se enfrentan mejor; ejemplo de ello fue el el 8 de marzo, cuando se convocó al paro nacional de mujeres en México.

“Estar ahí y sentirte acompañada te quita el miedo y te da toda la fuerza para lo que venga. Mientras estemos juntos, vamos ganando”, aseguró Adriana Prieto.

Durante esa mesa de diálogo, cada una de las invitadas habló de los retos que han enfrentado este año en sus respectivos campos.

Kenya Cuevas, por ejemplo, reconoció que en el 2020 ha aumentado en gran medida la violencia hacia las mujeres trans.

“Las colocó en una vulnerabilidad extrema. Por la violencia que se ha ejercido históricamente, el derecho a la vivienda es nulo para la comunidad trans; sin embargo, los hoteles o los establecimientos de paso les dan esta estabilidad, sobre todo si ejercen una actividad sexual, pero con la cuarentena estos lugares se cerraron y de un día a otro se quedaron sin trabajo y sin casa. Es lo más fuerte que tuvieron que enfrentar. A parte, las poblaciones vulnerables que viven con VIH no eran atendidas por los sectores de salud”.

María Salguero dijo que pese a los esfuerzos que se han hecho desde hace años, las mujeres víctimas de violencia siguen siendo señaladas como las culpables de lo que les pasa.

“Cuando asesinan a una chica, hombres y mujeres culpan a las víctimas. Hay que volver a cambiar la mentalidad y decir ‘No, la violencia no es normal’; hay que pararla desde un inicio y también que una mujer denuncie violencia sea atendida inmediatamente. No es posible que una chica que denunció que había sido víctima de abuso sexual en la Fiscalía capitalina a los dos meses haya sido asesinada junto con su mamá.

“Por otra parte, ha ido creciendo la violencia comunitaria hacia las mujeres y también por parte del crimen organizado”.

Mercedes Castañeda se dijo escandalizada de cómo ha aumentado el número de niños que son entrenados por la delincuencia organizada para aprender “los delitos más atroces que te puedas imaginar”.

“Hemos trabajado con niños que incluso empezaron a trabajar con la delincuencia organizada desde los ocho años. Hay que dejar la criminalización de lado, visibilizar esta problemática enorme que tenemos en el país e invertir en programas de prevención para todos los niños y niñas mexicanos, que se deje de normalizar la violencia. Estamos orillando a nuestros niños a que sigan siendo parte de este círculo de la delincuencia, de la violencia. Tiene que haber una estrategia educativa, familiar, de salud, comunitaria”.

Adriana Prieto comentó la pandemia no ha frenado la trata de personas, por lo que ahora más que nunca hay que educarse en este tema. “En internet puedes buscar identificadores de cómo detectar un posible caso de trata de personas. No digo que es fácil porque también todo es bajo sospecha, entonces no hay que caer en la paranoia.

“Lo otro es no normalizar el paisaje que vemos todos los días. Aeroméxico hace su chamba para combatir la trata de personas, pero si tú ves que hay cierto comportamiento extraño con el pasajero de al lado o ves cierto control o un abuso de poder de una persona a otra, decir ‘Aquí hay algo raro’, hay que levantar la voz y preguntar. El mayor reto es que normalizamos la violencia, la pobreza y hay que abrir los ojos y cuestionar por qué está pasando lo que estoy viendo y qué puedo hacer yo”.

Pese a que su labor es complicada y que el año 2020 ha sido en especial difícil, cada una reconoció que su trabajo les ha dejado muchas satisfacciones. En el caso de Kenia, su mayor satisfacción es el amor.

“En Casa de las Muñecas tenemos muchas satisfacciones. Cuando recogemos a las chicas, las encontramos descalzas, sucias, con una adicción muy arraigada, con muchas problemáticas y resentimientos. Al ir construyendo y acompañando e ir viendo el crecimiento que van teniendo y cómo van cambiando hasta su forma de pensar, me embriaga de felicidad. El amor es el que mueve a Kenya y en su entorno hay mucho amor y eso es lo que nos lleva con mucha satisfacción y felicidad a la cama”.

Adriana dice que lo que más satisfacción le da es ver que vale la pena ser tan terca en la vida. “La mejor noticia es que no sea (trata de personas) y que sólo fue una falsa alarma, pero creo que no hay mayor satisfacción que cambiarle la vida a una persona. Cuando tu labor se traduce en resultados es donde dices 'Voy por buen camino o por lo menos lo seguiré intentando”.

A María le da mucha satisfacción el agradecimiento de los familiares de las víctimas. “Al principio me sacaba de onda y decía ‘¿Por qué me felicitan si su hija está asesinada en ese mapa?’ Pero me dicen 'Cada nombre (que está en el mapa) es visibilizar el tema del feminicidio'”.

Finalmente, para Mercedes y Reinserta la satisfacción viene al ver los resultados. “Ver cómo la gente confía en nosotros no sólo para dar donativos, sino también saber que estamos haciendo algo que está ayudando al país.

“Cuando empezamos a trabajar, había niños que estaban todo tiempo en una celda y no conocían las estrellas, no entendían qué era un coche. Enseñarles que hay un mundo fuera de cuatro paredes; adaptar las celdas de las mujeres de maternidad para que puedan tener una cunita, y que puedan tener un espacio pintado con animales y lugares con juguetes y que puedan tener un desarrollo normal como se merecen todos los niños y niñas es un logro increíble”.

¿Cómo apoyar su labor?

En caso de viajar en avión, Adriana Prieto recomienda: “Observen y sean ciudadanos activos y así como hay que denunciar un delito, también hay que reportar una fuga de agua; si un policía pide una mordida, no hay que dejarse. Necesitamos ciudadanos íntegros y éticos que quieran a México”.

Mercedes pidió que se deje de normalizar la violencia. “No es normal que los niños estén expuestos a tanta violencia, estar viendo series donde los delincuentes son increíbles y guapísimos porque eso no es la realidad… Por otra parte, esto es un tema de corresponsabilidad y saber que todos somos parte de esta cadenita de odio, de violencia y delincuencia en nuestro país”.

María pide que si alguien ve una foto de una niña o un niño desaparecidos, hay que difundir. “El preámbulo de un feminicidio es la desaparición”.

Kenya pidió donaciones para Casa de las muñecas. “Tenemos una cuenta de banco donde pueden hacer donativos; también pueden hacer donativos en especie: comida, alimento, despensa, artículos de limpieza ya que tenemos 20 chicas en este proceso de reinserción”.

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