En plena carrera presidencial anticipada, tanto por el partido en el poder como por el llamado bloque opositor, el término corcholata es, por mucho, el más popular en esta contienda.
Pero el origen de esta palabra y el significado que toma cuando hablamos de política es algo desconocido pese a su uso desmedido en las últimas semanas (y no se trata de una creación de López Obrador).
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¿Qué significa el término corcholata en la política?
Estrictamente hablando, una corcholata es esa tapa de metal con la que se cierra de forma hermética los envases o botellas de cristal, como las de los refrescos, hoy en día sustituidos por taparroscas.
Pero desde hace años, esta palabra se usa también para definir a esas personas que han sido “destapadas” o auto destapadas como candidatos o precandidatos a un puesto de elección popular.
En este caso, y en esencia, corcholata se refiere a un funcionario que aspira a un puesto público, cuyos intereses de participar en la contienda electoral recién han sido revelados sin importar el partido del que provenga.
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Corcholatas de todos los colores y desde 1957
El término no es exclusivo de las elecciones presidenciales. También las hay en procesos internos de los partidos, gobiernos locales e incluso gabinetes federales. Juntas, las corcholatas, conforman las “ternas” o postulados para un puesto.
Sin importar quién o quiénes son los destapadores de la corcholata, ésta puede ser de cualquier partido e ideología política, por lo que los aspirantes de los partidos opositores también pueden ser descritos por este término (el término surgió en tiempos del PRI), pues ellos, como una botella de cerveza, también han sido destapados.
El origen del término corcholata data de 1957, cuando el caricaturista Abel Quezada en la Revista de Revistas (del periódico Excélsior) presentó a un personaje con traje y corbata, pero cubierto de la cara, conocido comoEl Tapado, así que la figura de un personaje “encubierto” y después destapado, es lo que hoy podríamos definir como una corcholata.