“No siento rencor ni busco venganza”: Rosario Robles tras salir de la cárcel

La entrevista se realizó en la casa de Robles en Coyoacán, en la que la anfitriona recibió a Cárdenas y su equipo (con quienes colaboró en la radio en años anteriores) y les confió detalles desconocidos de su estancia en prisión. Les contó que los días que estuvo en la cárcel representaron grandes sumas de dinero y que su defensa le costó el departamento de su hija Mariana y su camioneta.

Mencionó también que, desde su liberación, muchos amigos han ido a su casa a visitarla. Confesó también que la sensación de libertad le resulta "extraña". “Cada día en Santa Martha Acatitla se me hacía eterno, se me hacía interminable, y eso que estaba yo en mil actividades y me inventaba mil cosas. Escribía y leía, pero decía, ya que termine, y al día siguiente me despertaba y veía el mismo techo y las mismas paredes”, recordó.

Reconoce que presentía que era muy probable que la liberaran antes de diciembre gracias a los amparos que ella y sus abogados habían ganado. “Lo fácil es meterte (a la cárcel), lo difícil es que salgas”, dijo en tono serio ante el periodista de Radiofórmula.

Dijo que los sonidos de la cárcel serán lo más difícil de olvidar porque es un lugar en el que todo mundo grita y la música se escucha muy alto. “Fue una etapa de mucho aprendizaje pese a que no tenía mucho tiempo para trabajar en mi interior o reflexionar. Meditaba los lunes, miércoles y viernes”, asegura.

Sobre sus mayores aprendizajes, asegura que el mayor fue conocer la injusticia en carne propia y en los testimonios de otras reclusas que se convirtieron en una causa más para ella: la de las mujeres de Santa Martha que están encerradas y criminalizadas de forma injusta.

'¿Dirías que entró una Rosario y salió otra?' le preguntó Cárdenas durante la parte media de la entrevista. “En muchos sentidos sí. No puedo dejar de pensar en esos tres años y lo que aprendí y en las cosas en las que me vi en autocrítica. Paradójicamente tuve la oportunidad de disfrutar más a mi familia, a mis hermanos y a mi propia hija”.

Ahora quiere continuar el proceso en el que se encuentra. Sabe que su acusación principal es la de no haber informado a sus superiores y no evitar que se afectara el patrimonio público al ser la cabeza de una secretaria, pero confía en que se demostrará su inocencia.

Reconoce que en la cárcel se quebraba, sobre todo al principio, y que sintió miedo de que la dejaran ahí por mucho tiempo. “Sentía que era como un feminicidio político”, dice Robles, quien dice que encontró fortaleza en su familia y a algunos amigos que hizo dentro de la cárcel, donde incluso las custodias y compañeras reclusas, asegura, la trataron con respeto.

Mencionó que no tenía privilegios y que hablaba desde un teléfono público durante 30 minutos, pero que sí estaban en un área de protección. Pese a todo, dice, pudo ver los abusos de la prisión preventiva.

Dice que no traicionó a nadie, que sale con la cara en alto al no traicionar ni sus principios, y que por eso está tan tranquila. “No soy una mujer de venganzas, soy una mujer de justicia, lo que quiero es justicia en mi caso y justicia en todos los demás, justicia social y justicia en el país”.

Mencionó que aprendió a no alimentar rencores. Sobre el tema, Cárdenas le mencionó que tenía la impresión de que sus amigos priistas la habían abandonado, incluyendo sus compañeros de gabinete, que no la protegieron. Robles contestó que muchos la fueron a ver, pero que se cerraron las visitas por la pandemia. Muchos, como Pepe Narro, la fueron a ver y estuvieron pendientes de Mariana, su hija, algo que agradece mucho.