Las ocasiones en las que Beatriz Gutiérrez Muller ha sido toda una primera dama
Como hace unos días, en Washington, la esposa del presidente López Obrador ha formado parte de la agenda, sobre todo en temas de protocolo y eventos con las esposas de otros mandatarios
La figura de la primera dama no es un puesto o una posición de carácter político, al menos no en México, donde por tradición se trata más bien de un “cargo” protocolar sin funciones o responsabilidades que tendría un servidor público que ganó un puesto por elección popular.
Beatriz Gutiérrez Müller, pareja de Andrés Manuel López Obrador, lo aclaró desde 2018, cuando su esposo ganó las elecciones presidenciales del 1 de julio: "No seré primera dama de México”, dijo en sus redes sociales, rompiendo así con la tradición mexicana de las esposas de los mandatarios.
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También mencionó que no presidiría el Sistema Nacional para el Desarrollo Integral de la Familia ( DIF) como lo hicieran, con excepción de Angélica Rivera, otras esposas de mandatarios, como Margarita Zavala, esposa de Felipe Calderón.
Sin embargo, ha habido ocasiones en las que la investigadora y escritora ha tomado el papel de primera dama (o más bien el de la esposa del presidente) en eventos en los que su presencia se apega también a actos protocolares, como la pasada visita de su esposo a la Casa Blanca, donde robó cámara frente al mismo Joe Biden y su esposa Jill.
A inicios del sexenio de la 4T, tras las trágicas explosiones en Hidalgo, en enero de 2019, la esposa del presidente mexicano visitó varios hospitales de la Ciudad de México donde se encontraban internados decenas de heridos. En el Hospital Central Norte de Pemex ubicado en Azcapotzalco estuvo acompañada por Omar Fayad, gobernador de Hidalgo, donde platicaron con varios doctores para conocer el estado de salud de los internados.
Sin embargo, y si en algo la escritora ha sido constante, es en no buscar el protagonismo, aunque en ocasiones tenga que hacer acto de presencia en eventos nacionales e internacionales, sobre todo en los que las esposas de los otros mandatarios están presentes, como en cenas oficiales de bienvenida.
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Pero más allá de actos importantes como la Ceremonia del Grito de Independencia en Palacio Nacional, donde, por tradición, es común que incluso los hijos del mandatario lo acompañen en el balcón principal frente al Zócalo capitalino, la también profesora ha asistido a eventos oficiales fuera del país, como cuando visitó a la primera dama francesa, Brigitte Macron, en octubre de 2020.
De acuerdo con una publicación en su cuenta de Instagram, Beatriz también presidió el acto en el que el gobierno de México y el de Francia firmaron un convenio de cooperación digital “del rico acervo que posee la Biblioteca Nacional Francesa”.
Meses después, en Palacio Nacional, Beatriz hizo uso de la palabra en un evento conmemorativo a Francisco I Madero, donde estuvo también el presidente Argentino, Alberto Fernández. En su papel como coordinadora de la Memoria Histórica y Cultural de México, la “no primera dama” leyó un fragmento de “La Revolución Mexicana. Mi contribución político-literaria” de González Garza, abogado, político y colaborador cercano a Madero.
Como sea, Beatriz es una mujer que se deslinda del concepto de “accesorio” presidencial y que se describe como una “figura no pública”, que prefiere no llamar mucho la atención, aunque, a veces, eso resulte imposible.