México es un país de fe. Basta con ver las visitas del Papa para entender la devoción de los mexicanos por los personajes que han estado hasta arriba de la jerarquía religiosa, incluso de otras denominaciones más allá del catolicismo.
El fenómeno no es ajeno a los medios de comunicación, empresarios y hasta políticos, quienes han encontrado en los líderes religiosos a sus guías espirituales, socios de negocios y hasta aliados electorales.
Verlo compartir, incluso fuera de México, con personajes como Olegario Vázquez Raña, Carlos Slim, Miguel Alemán y el español Amancio Ortega (uno de los hombres de negocios más poderosos de Europa) era común. El arzobispo primado de México es bastante popular en la élite empresarial desde hace décadas.
Se habla de reuniones con costosos vinos europeos, fiestas exclusivas y de viajes en jets privados, muchos patrocinados por sus amigos poderosos y que le han hecho entrar en controversia, al menos de índole moral, por no profesar el llamado “voto de pobreza”.
Cercano a líderes y políticos controvertidos o con una imagen cuestionable, como Marcial Maciel (fundador de la asociación Regnum Christi y de la congregación católica Legionarios de Cristo) y Carlos Hank González (ex gobernador del Estado de México), el religioso originario de Durango es un personaje común en las páginas de revistas de sociales, incluso en eventos que nada tienen que ver con la fe.
Fue obispo emérito de Ecatepec, uno de los municipios más poblados del país, enclavado en el Estado de México, una de las entidades mexicanas con mayor arraigo priista, partido al que siempre fue cercano, aunque él mismo reconoció que el vínculo con el Revolucionario Institucional se deterioró tras la presidencia de Enrique Peña Nieto.
El religioso tuvo una larga vida al servicio de Iglesia católica, en la que no faltaron las amistades con políticos y empresarios influyentes como Carlos Slim (con quien fundó la casa de bolsa Inversora Bursátil), Alfredo Harp Helú, de Grupo Banamex, y Roberto Hernández, ex presidente de la Bolsa Mexicana de Valores, entre otros.
Cepeda nunca negó su cercanía con la élite empresarial del país e incluso reconoció que hizo negocios con ellos que le dejaron grandes cantidades de dinero que le permitieron una vida holgada, de derroche y “de parranda”, como él mismo la describía. Sus fiestas de cumpleaños eran todo menos modestas y poco exclusivas, con invitados como, Mario Marín (ex gobernador de Puebla, hoy en la cárcel por el caso de tortura contra de Lydia Cacho), el cardenal Norberto Rivera, el empresario Antonio Chedraui y el ex secretario de salud, Ángel Córdova Villalobos.
Su influencia en la Iglesia católica mexicana (una de las más grandes y poderosas del mundo), la educación privada y de corte religioso del país, así como en el mundo político y de los negocios es innegable. Su funeral se celebró en la Universidad Anáhuac del Norte, donde 12 mil personas entre estudiantes, políticos y empresarios de renombre.
Pese a las numerosas acusaciones en su contra por abuso sexual, el líder y creador de los movimientos Regnum Christy de los Legionarios de Cristo, protegido por más de 60 años por el Vaticano y la Iglesia Católica mexicana, fue cercano al ex presidente López Portillo y a su esposa, Carmen Romano. La organización religiosa también tuvo cercanía con Vicente Fox y empresarios ligados a los Legionarios como José Ignacio Ávalos, de Compartamos Banco y Un kilo de ayuda, según el periodista y escritor, Raúl Olmos, en su libro El imperio financiero de los Legionarios de Cristo.
En 2021, según el escándalo de los llamados Pandora Papers, se reveló que Legionarios estaban involucrados en movimientos financieros destinados a ocultar grandes cantidades de dinero por medio de empresas offshore, con un monto de casi 300 millones de dólares. Pese a los escándalos, el legado de Maciel cuenta con 54 colegios, cinco fuera del país, 14 universidades y casi 200 mil alumnos.
Menos polémico, el jerarca de la Iglesia Ortodoxa para México, Venezuela, Centroamérica y el Caribe, también se rodeaba de empresarios y políticos top como Enrique Peña Nieto, Miguel Alemán, Olegario Vázquez Raña, Diego Fernández de Cevallos, Carlos Slim y Carlos Peralta, a quienes era común verlos en sus cumpleaños en Bosque Real, Estado de México.
Se dice que su amistad con la élite política empezó con el presidente Gustavo Díaz Ordaz, gracias a sus paisanos de la comunidad libanesa (aunque él nació en Libia). Su nacionalidad mexicana fue otorgada por Carlos Salinas de Gortari en 1993, cuando su amistad con empresarios como Juan Francisco Ealy Ortiz, director general del periódico El Universal, ya se había consolidado, así como la de líderes religiosos como el mismo Onésimo Cepeda y Norberto Rivera.
Fue guía espiritual y amigo de políticos como Manlio Fabio Beltrones, Miguel Ángel Mancera, Aristóteles Sandoval, ex gobernador de Jalisco, y Silvano Aureoles, ex gobernador de Michoacán, Carlos Hank, José Antonio Meade, Esteban Moctezuma, entre otros.
El líder de la iglesia de La luz del mundo, detenido en Estados Unidos desde junio de 2019 por acusaciones de delitos sexuales y tráfico de personas, llegó a ser uno de los religiosos más poderosos de México, con millones de seguidores en Latinoamérica, España y E.U.
Se habla de por lo menos 26 delitos de índole sexual (algunos de ellos presuntamente cometidos en territorio estadounidense), incluyendo pornografía infantil, lo que podría generarle una condena de hasta 50 años de cárcel. Según Xavier Becerra, fiscal general de California, el “apóstoltol”, como se hacía llamar, ha sugerido una fianza de hasta 50 millones de dólares, una de las más costosas en la historia del país, lo que da una idea del poder económico de su organización.
El religioso de 52 años, nieto de Eusebio Joaquín González, creador del movimiento, e hijo de Samuel Joaquín Flores, segundo apóstol de La Luz del mundo (sobre quienes también se especulan delitos sexuales), tuvo acercamientos con los políticos y empresarios, sobre todo de Jalisco (Enrique Alfaro, actual gobernador, así como su antecesor, Aristóteles Sandoval Díaz, asistieron a eventos de la iglesia). Se rumora que los intereses, además de económicos, eran también por los votos de sus feligreses.
Partidos como el Revolucionario Institucional y el Verde, según investigaciones, han sido ligados al caso, como en la controversia por la celebración por el cumpleaños 50 de Naasón en el Palacio de Bellas Artes, donde, según la explicación del actual gobierno federal, se alquiló el inmueble para un evento “laico”, a nombre del senador del Verde Ecologista, Rogelio Zamora, “hermano” de esta religión.
