Publicidad
Publicidad

Estas fueron las dos máximas bodas (fallidas) entre políticos y famosas

Las historias de amor que unieron a los altos círculos del poder político con el showbiz no fueron cuentos de hadas y terminaron en polémicas separaciones.
mar 17 agosto 2021 03:55 PM
Sauli Niinistö Visits Mexico
La historia de amor de Enrique Peña Nieto y Angélica Rivera comenzó como un cuento de hadas y terminó en polémica.

En más de una ocasión políticos de alto rango en el gobierno se han enamorado de mujeres de gran popularidad y dedicadas al showbiz. Aunque sus historias de amor causaron revuelo mediático por la conjunción de estos dos universos (poder y fama), las cosas no terminaron bien.

En México el ejemplo más reciente de un amor 'de telenovela' entre la política y el espectáculo es el del hoy ex presidente Enrique Peña Nieto y una de las protagonistas consentidas de Televisa, Angélica Rivera; pero ellos no fueron los únicos, otro de los hombres que se sentó en "la silla del águila" también se enamoró de una vedette.

Publicidad

Aleksandra Aćimović Popović, mejor conocida como Sasha Montenegro, se robó el corazón de José López-Portillo y, aunque hoy se considera a la nacida en Italia de ascendencia yugoslava como la viuda del prominente político mexicano, no todo fue "miel sobre hojuelas".

La Gaviota y Enrique Peña Nieto

Angélica Rivera y Enrique Peña Nieto se conocieron cuando ella fue elegida por la administración de él como gobernador del Estado de México para ser la imagen pública de su mandato. El momento fue idílico. Ella estaba posicionada en el gusto del público por su papel de La Gaviota en la telenovela Destilando Amor. Él sentaba las bases para cumplir la llamada profecía de Atlacomulco, esa en la que doña Francisca Castro Montiel reunió al poderoso grupo, en 1940, y les contó su visión: seis gobernadores del Estado de México serían originarios de esa tierra y uno de ellos sería presidente de la República.

Con semejantes halos de "misticismo" y popularidad, el romance fue visto por muchos como un montaje de la televisora de San Ángel para asegurar que Peña Nieto se ciñera con la banda presidencial. Sin embargo, tras un fugaz noviazgo, el 27 de noviembre de 2010 en la catedral de Toluca se dieron el "¡Sí, acepto!".

Wedding of Enrique Pena Nieto and Angelica Rivera
El 27 de noviembre de 2010, Enrique Peña Nieto y Angélica Rivera se casaron en la catedral de Toluca, Estado de México.

Aquello comenzó con toda la ilusión, como lo reveló a este reportero la hoy ex primera dama mexicana un día antes de su boda: "El amor no nada más existe en las telenovelas, si uno lucha, si tiene fuerza, si es una persona de bien, puede hacerse realidad tener una familia, tener un gran hombre al lado".

En esa plática Angélica compartió que incluso ponerle un alto a su carrera, que hasta hoy día se mantiene, no significó un sacrificio en nombre del amor que le tenía a Enrique: "Estoy convencida y eso fue una decisión propia, una decisión muy personal que tomé cuando me propuso matrimonio. Estaba convencida de que iba a dejar un momento la actuación por dedicarme a mis hijos, a mi familia y lo tomo así. No sé el día de mañana qué pueda pasar, he trabajado mucho, desde los 15 años, quiero dedicarme ahora a lo que él decida, quiero estar a su lado, y lo que él decida yo lo voy a apoyar", aceptó con voz emocionada en 2010.

10 años después el futuro nos alcanzó y la relación que empezó con las señoras gritando "¡Gaviotita, te encargamos a Enriquito!" en el atrio de la catedral toluqueña pasó por momentos dificilísimos, como el escándalo de la casa blanca que, aceptó Peña Nieto, sí provocó fricciones en su relación.

Publicidad

El inminente divorcio fue anunciado por Angélica luego de que en Quién revelamos un video en el que se podía ver al ex presidente paseando con la modelo Tania Ruiz Eichelmann en Madrid: "Hoy toda mi energía, fuerza y amor está enfocada en seguir siendo una buena madre, en recuperar mi vida y mi carrera profesional", informó en Instagram.

Enrique, con un mensaje de apenas 58 palabras, confirmó que su separación era una realidad: "Deseo que le vaya bien siempre y que tenga éxito en todo lo que emprenda. Angélica, muchas gracias por todo". Así se cerró ese capítulo de la boda fallida entre La Gaviota y "el elegido".

En la Colina del Perro

El epitome de "el sueño prohibido" se encarnó en la vedette Sasha Montenegro, quien fue protagonista de un momento que forjó durante años el carácter del cine nacional: las historias de ficheras. Con su belleza logró conquistar el amor del entonces presidente mexicano José López-Portillo, autor de la frase "Defenderé al peso como un perro".

A Sasha, quien en más de una ocasión dejó claro que "despreciaba" el estereotipo del burócrata panzón, viejo y calvo, casi sinónimos en el caso de López-Portillo, atinó en decir que al entonces hombre más poderoso del país lo "respetaba" y lo describió de una manera muy convincente para justificar su romance con él.

José López-Portillo y Sasha Montenegro
El ex presidente José López-Portillo, el día de su boda con la actriz Sasha Montenegro.

"No creo que haya sido amor a primera vista, pero la verdad es que el señor era impactante. Él era un señorón con mucha prestancia. Obviamente un hombre con una gran cultura. Era un hombre encantador", expresó Montenegro. Pero su relación, producto de una infidelidad después de un encuentro en España, no fue lo que esperaba.

Don José estaba casado con Carmen Romano —a quien como te informamos en exclusiva le dará vida Susana Zabaleta en una serie que se prepara de las vidas de las primeras damas mexicanas—, pero eso no fue impedimento para que el ex presidente y la guionista comenzaran su idilio que sí terminó en boda.

Fue en 1995, pero sólo por lo civil porque para llegar al altar fue necesario esperar hasta la muerte de Romano, en mayo de 2000; la pareja se casó el 16 de junio. La muerte también sorprendió al político en 2004 por un shock cardiogénico, a los 83 años, pero antes hubo una debacle en su relación con Sasha.

La actriz le confesó a Gustavo Adolfo Infante los motivos por los que aseguraba que López-Portillo no le heredó bienes sino problemas: “Lo que yo viví es que tenía una parte débil, estuvo rodeado de gente que no lo favoreció en lo más mínimo y que tampoco lo quiso... donde hay intereses, los seres humanos quedan a un lado”.

Publicidad

Montenegro cuidó al ex presidente tras un infarto cerebral que sufrió en 1995 y que desencadenó problemas entre la pareja y la familia del político.

La familia de don José inició una batalla legal en contra de Sasha para que se divorciaran. Según ella, ese movimiento era realmente un pretexto para "quitarme la casa (la famosa Colina del Perro que el ex presidente otorgó a su esposa bajo la figura legal de donación)".

Montenegro calificó la casa como "una verdadera porquería, era cascaron enorme, con llaves (en los baños) horrendas y viejas, las cortinas estaban podridas, yo llegué a arreglar todo eso, yo construí la casa porque tenía una sola recámara, era un jacalón con una biblioteca. Fue una casa odiada por mucha gente que entraba… pero yo hice ahí un set cinematográfico, esta casa me la dona porque los impuestos eran más baratos", explicó.

"Cuando pasó este problema, se lo llevan y él ya estaba muy mal", declaró Sasha sobre el final del matrimonio.

José López-Portillo y Sasha Montenegro
José López-Portillo y Sasha Montenegro se conocieron en España.

En ese momento, la familia del ex presidente la acusó de haberlo golpeado y maltratado psicológicamente durante los años que duró su relación. Ya separados, aunque el divorcio nunca se concretó por la muerte del ex mandatario, Sasha insistió en que ese ardid se creo sólo para quitarle la Colina del Perro.

"No me dejó nada, sólo una cantidad de problemas y juicios terribles", declaró Sasha sobre su matrimonio, sin embargo, recibió por casi dos décadas la pensión vitalicia de López-Portillo en su figura de expresidente, misma que fue cancelada con la llegada de Andrés Manuel López Obrador al poder.

Publicidad

Newsletter

Recibe las últimas noticias de moda, sociales, realeza, espectáculos y más.

Publicidad