Omar García Harfuch es tal vez el policía más amenazado del mundo. Vive en la Ciudad de México donde trabaja como secretario de Seguridad Ciudadana, desde donde le ha declarado la guerra al crimen organizado y al narcotráfico, y hace justo un año fue víctima de un salvaje ataque.
El Cártel Jalisco Nueva Generación mandó un grupo de 20 sicarios que dispararon más de 400 veces sobre la camioneta en la que viajaba. Sus dos guardaespaldas fallecieron. Él, sin embargo, tuvo más suerte. Tres balas le alcanzaron, pero ninguna le afectó un órgano vital.
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Omar está convencido de que se salvó gracias a la rapidez con la que llegaron las patrullas. Dice que, si hubieran tardado 30 segundos más, probablemente alguna bala lo hubiera matado.
“Eran las 6:32 y yo viajaba en el asiento del copiloto revisando unos papeles cuando vi cómo se atravesaba un camión frente a nosotros. En ese momento supe que nos habían emboscado. Acto seguido sentí el primer disparo en el vidrio. Yo saqué mi arma y disparé contra el cristal y a partir de ese momento comenzó una lluvia de impactos y el ruido ensordecedor”, recordó García Harfuch en entrevista con el diario El País.
“Yo me arrastré hacia la parte de atrás y aguanté encogido a que todo terminara. Edgar y Rafa ya estaban muertos, caían cristales y había mucho polvo y ya había recibido el tercer impacto en la pierna. Después de unos minutos eternos se hizo el silencio y alguien tocó en el cristal, “salga, salga...”, pero no quise abrir porque pensé que esperaban para rematarme. Hasta que escuché: “Tigre, Tigre, ya estamos aquí”. Ese era mi apodo en la Federal así que solo alguien que me conocía mucho podía llamarme así y abrí la puerta”, agregó.
Desde aquel día, Omar vive bajo una extrema protección. Ha reducido sus desplazamientos, no puede ver a sus hijas y su vida social se ha reducido a cero. Sin embargo, cada día se sigue levantando con la misma obsesión: acabar, de una vez por todas, con las altas tasas de delincuencia de Ciudad de México.
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“Esa es la prioridad, aquí no hay una policía acobardada o que se refugia en su despacho, estamos más activos y con más ganas que nunca y trabajando día a día por reducir la delincuencia”, agregó.
El viernes 26 junio de 2020, Omar García Harfuch fue víctima de un atentado coordinado y ejecutado por un grupo de hombres que interceptó su camioneta sobre un camión de redilas desde donde le dispararon con un fusil barrett calibre 50, poderosa arma militar considerada una de las más letales del mundo.
“No fue difícil superar el atentado. Estoy vivo y mi responsabilidad es seguir adelante. Podría decirte que regresé a trabajar con más ímpetu que antes”, señaló.
“Extraño la calle y estar en el lugar donde pasan las cosas, pero ahora este es mi sitio. Durante muchos años he escuchado a mis compañeros decir que nos frenan en esto o nos limitan en aquello para hacer nuestro trabajo y combatir la delincuencia, pero ahora es mi responsabilidad impulsar y proponer las reformas legales y operativas que nos permitan investigar o agilizar el trabajo de la policía: una orden judicial, la autorización para un pinchazo telefónico, un cateo. Mi responsabilidad es conseguir que esto no pase”, declaró.
Omar García Harfuch es licenciado en Derecho por la Universidad Continental y licenciado en Seguridad Publica por la Universidad del Valle de México. Ingresó a la Policía Federal en 2008, corporación en la que ocupó diversos cargos como la División de Investigación hasta llegar a la Agencia de Investigación Criminal de la extinta Procuraduría General de la República en 2016.
Cursó el Senior Executive in National and International Security en la Universidad de Harvard y el Seminario para el Desarrollo de Agentes del Orden del Gobierno de la República Mexicana, impartido por el FBI en Quantico, Virginia, y el curso de Narcotics Unit Commanders Course, auspiciado por la DEA.