El “Gober precioso” parece haberlo perdido todo. Acusado y procesado por el delito de tortura y privación ilegal de la libertad en contra de la periodista Lydia Cacho, el priista y su grupo de abogados han realizado una serie de movimientos legales, hasta ahora sin éxito, con el fin de buscar la libertad del político poblano.
Poco después de su detención en Acapulco y tras ser trasladado al municipio de Benito Juárez, al que pertenece Cancún, el ex mandatario solicitó arraigo domiciliario alegando edad avanzada (66 años) y un padecimiento en el riñón. Su petición fue negada por el juez que lleva el caso.