A juzgar por las primeras acciones de Joe Biden apenas tomó posesión del cargo como presidente de los Estados Unidos, el mandatario de 78 años de edad se perfila como uno de los más cercanos a la comunidad LGBT de la historia. Pero esta relación de soporte y apoyo no siempre fue tan próspera.
Biden ha integrado a su equipo de gobierno a personas abiertamente integrantes de la diversidad sexual y ha firmado ciertas medidas que revierten algunas herencias de la era Trump, entre ellas varias relacionadas con los derechos civiles de personas LGBT. Pero a lo largo de su carrera política, el demócrata no siempre ha mostrado este apoyo particular de su mandato.
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En menos de una semana en el cargo, Biden revirtió la prohibición impuesta por su antecesor, Donald Trump. Con Lloyd J. Austin III, su nuevo secretario de defensa, y el general Mark A. Milley, presidente del Estado Mayor a su lado en la Oficina Oval, Biden firmó una orden ejecutiva restableciendo las protecciones establecidas en 2016 del presidente Barack Obama que había abierto las filas de las fuerzas armadas a las personas transgénero.
La posición del Pentágono al respecto ha evolucionado con el tiempo. A los estadounidenses abiertamente homosexuales no se les permitió servir en el ejército sino hasta 2011, cuando Obama puso fin a la política de “Don’t Ask, Don’t Tell” (no preguntes, no digas) implementada por la administración Clinton en 1993.
Esta medida se sumó a una primera de acción directa en beneficio de la diversidad sexual donde ordenó al gobierno a implementar protecciones para las personas de la comunidad LGBT en Estados Unidos. Es decir, que todas las agencias federales amplíen su comprensión del fallo de la corte para proteger de la discriminación en numerosas áreas, incluida la vivienda, la educación, el empleo y la atención médica.
No solo eso; el nuevo presidente ha integrado a miembros de la comunidad en su gobierno como Pete Buttigieg quien fue designado como secretario de transporte, Karine Jean-Pierre como secretaria de prensa, la doctora Rachel Levine como subsecretaria de salud y Ned Price como vocero del departamento de Estado.
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En 1973, Biden cuestionó si los homosexuales en el ejército o el gobierno eran riesgos potenciales para la seguridad. En 1996 votó a favor de la Ley de Defensa del Matrimonio que negaba el reconocimiento federal de los matrimonios entre personas del mismo sexo y dos años antes, votó para cortar los fondos federales a las escuelas que enseñan la aceptación de la homosexualidad. Para 2012, dio un giro de 180 grados y se manifestó en favor del matrimonio igualitario,el demócrata de más alto rango en respaldar esta iniciativa, una de las herencias de la época Obama.
Esta transformación en la postura de Biden respecto a los derechos de la comunidad LGBT en Estados Unidos podría leerse como un síntoma de la transformación política de él y su partido. También representó un capital político frente a Trump, su adversario durante la campaña.