El Congreso de Estados Unidos suspendió el miércoles una sesión destinada a certificar la victoria del demócrata Joe Biden en las elecciones presidenciales tras la irrupción de partidarios de Donald Trump en el Capitolio.
Los manifestantes entraron en las dos cámaras, Senado y Cámara de Representantes, así como en la rotonda del Capitolio, donde se usó gas lacrimógeno.
"Estados Unidos está, con razón, muy orgulloso de su democracia y nada puede justificar estos intentos violentos por hacer fracasar la transición legal y conforme del poder", consideró el ministro de Relaciones Exteriores británico, Dominc Raab.
"Escenas impactantes y profundamente tristes en Washington DC que deben nombrarse por lo que son: una agresión deliberada de la democracia por un presidente saliente y sus seguidores, que intentan revertir una elección libre y legítima", condenó por su parte su homólogo irlandés, Simon Coveney.
"El mundo los está mirando", añadió Coveney, pidiendo una "vuelta a la calma". El primer ministro irlandés, Michael Martin, recordó "el vínculo profundo" de su país con Estados Unidos, afirmando que seguía los acontecimientos en Washington con "mucha preocupación y consternación".