Carlos Salinas de Gortari y su hijo Emiliano Salinas Ocelli podrían enfrentar problemas con la justicia. Según informó Salvador García Soto en su columna en El Universal, Emilio Lozoya los acusará, al primero, de presionarlo para realizar contratos y negocios fraudulentos mientras fue director de Pemex y, al segundo, de haber tenido reuniones con él en nombre de Carlos para tratar “asuntos” relacionados con Pemex.
Ya lo había dicho Luis Videgaray: Lozoya Austin estaría actuando movido por la venganza y la pregunta es ¿por qué?, tomando en cuenta que las familias Lozoya y Salinas fueron muy cercanas durante varias décadas.
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Su relación inició en los años 60, cuando Carlos Salinas de Gortari estudiaba Economía en la UNAM. En la facultad se hizo amigo de varios personajes que luego cobraron relevancia en la escena política del país, entre ellos José Francisco Ruiz Massieu, Manuel Camacho Solís y Emilio Lozoya Thalmann.
Salinas y Lozoya Thalman se hicieron tan cercanos que su amistad de convirtió en compadrazgo: Lozoya lo eligió como padrino de bautismo de su hijo Juan Jesús Javier (hermano de Emilio).
Con el paso de los años, la amistad continuó y trascendió no sólo en lo personal, sino también en lo profesional. Cuando Salinas se convirtió en presidente, nombró a su amigo y compadre, director general del ISSSTE y luego, casi al final de su sexenio, Secretario de Energía, Minas e Industria Paraestatal.
Fue justo cuando el mandato salinista estaba por terminar que la amistad Salinas-Lozoya llegó a su fin.
El periodista Darío Celis contó el año pasado en una columna publicada en el periódico El Financiero que Carlos Salinas de Gortari y Emilio Lozoya Thalman terminaron muy mal durante una de las últimas giras que hizo el ex presidente por Asia.
Relata el columnista que durante el viaje, realizado en 1993, tuvieron un encontronazo porque “Salinas le pidió a Lozoya que se hiciera a un lado y permitiera a Francisco Rojas tomar el control total de la refinería de Salina Cruz, Oaxaca, para venderla a inversionistas japoneses”.
Lozoya Thalman no estuvo de acuerdo y rechazó la petición de Salinas, quien enfureció tanto que no le volvió a hablar.
Las cosas quizá hubieran acabado ahí, en seco, si no hubiera sido por Cecilia Occelli, entonces esposa de Salinas, quien tenía una excelente relación con Gilda Austin, esposa de Lozoya Thalmann; la quería tanto a ella y a todos los Lozoya que no le importó el pleito de sus respectivos maridos y siguió invitando a los Lozoya-Austin a sus eventos familiares.
Aunque Lozoya Thalmann y Salinas de Gortari se habían peleado, siguieron viéndose en momentos tan importantes como la boda de Cecilia Salinas Occelli con Alfredo Gatica (celebrada en 2003 en Cuernavaca), la boda de Juan Cristóbal Salinas Occelli con su primera esposa, Natalia Esponda (llevada a cabo en 2012), y por supuesto, en la boda de Emiliano Salinas Occelli, celebrada en 2013, con la actriz Ludwika Paleta.
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Dicen que segundas partes nunca fueron mejores y quizá este dicho aplique en la historia de Lozoya Thalmann y Salinas de Gortari. Los compadres volvieron a verse las caras en otro contexto: cuando el PRI volvió al poder con Enrique Peña Nieto.
El nuevo presidente nombró a Emilio Lozoya Austin, hijo de Lozoya Thalmann, director de Pemex y, de acuerdo con Darío Celis, Carlos Salinas de Gortari encontró el momento ideal para “volver a la carga”. El periodista cuenta que el ex presidente mexicano “no tuvo empacho” en buscar a su viejo amigo para pedirle una cita con Lozoya Austin. “La intención del ex presidente era acercarle a Lozoya potenciales inversionistas en el sector petrolero”.
Celis asegura que Lozoya Austin le dio un portazo y terminó definitivamente con la amistad de los Lozoya y los Salinas.
Sin embargo, esta versión se contrapone con lo que declarará Emilio Lozoya. Según fuentes cercanas a los abogados del ex funcionario, éste va a testificar que cuando era director de Pemex sí tuvo contacto con Salinas de Gortari.
“Emilio va a documentar cómo personalmente Carlos Salinas le pidió y lo presionó para realizar acciones y tomar decisiones que tenían que ver con las asignaciones de Pemex y dará detalles de reuniones que tuvo con el expresidente, tanto en su casa de Camino a Santa Teresa como en sus oficinas alternas de Montes Urales, en las Lomas de Chapultepec, en las que se hablaba de contratos y negocios en Pemex. En otras ocasiones, también hablará de las reuniones que tuvo con Emiliano Salinas Ocelli, hijo mayor del expresidente, quien lo mandaba a tratar ‘asuntos’ con el director de Pemex”, asegura Salvador García Soto en su columna de El universal.
Si esta acusación ocurre tal cual, quedará claro que aunque Salinas y Lozoya Thalmann tuvieron un enfrentamiento años atrás, el ex presidente siguió con la relación a través de Lozoya Austin, amistad que después de este bombazo seguramente quedó, ahora sí, totalmente destruida.
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