Hasta hace muy poco, Luis Videgaray Caso llevaba una vida tranquila y de bajo perfil en Estados Unidos, donde se desempeña como profesor visitante senior en el MIT (Instituto Tecnológico de Massachusetts).
El ex secretario de Relaciones Exteriores en el sexenio de Enrique Peña Nieto dirige el programa académico de Geopolítica de la Inteligencia Artificial del MIT (AI Policy for the World Project).
Por el momento, asegura la periodista Dolia Estévez, el ex político vive solo en un departamento en Cambridge, Massachusetts, aunque acostumbra viajar a México para visitar a su familia, la ingeniera industrial Virginia Gómez del Campo (con la que está casado desde 1995) y sus tres hijos, Luis, Virginia e Isabel.
Como profesor, agrega la periodista, Videgaray ha dejado atrás los trajes y las corbatas y generalmente pasa sus días laborales en looks mucho más casuales. Y se entiende: desde que empezó su nuevo cargo como catedrático se alejó definitivamente del ojo público y por decisión propia dejó de dar entrevistas y tuitear.
Pero su situación low profile podría cambiar de un momento tras darse a conocer los primeros testimonios que ha dado Emilio Lozoya sobre el caso Odebretch, en el que ha salido a relucir el nombre el ex Secretario de Hacienda.
De hecho, en febrero de este año, pocos días antes de que Lozoya fuera detenido en Málaga, España, Luis Videgaray supo que las cosas estaban cambiando.
El ex Secretario se encontraba en el MIT, dando una conferencia sobre la Inteligencia Artificial, cuando Alonso, un estudiante de matemáticas, levantó la mano.
No, no tenía dudas sobre la inteligencia artificial, pero sí quería saber de viva voz el papel que su profesor había jugado en varios casos “espinosos”: la malversación de fondos para la campaña de Peña, los sobornos de las constructoras brasileñas Odebretch-OH, los encargos a Emilio Lozoya…
“Defiendo mi trayectoria y mis acciones. Obviamente, como hacedor de política, hice buenas cosas y cometí errores, pero aprendí mucho. Con gusto hablo contigo cuando quieras, la puerta de mi oficina siempre estará abierta y podemos discutirlo”, fue la respuesta de Videgaray.
¿De qué errores estaba hablando? No se sabe a ciencia cierta. Estévez y Salvador García Soto citan en sus respectivas columnas en Sin Embargo y El Universal que contactaron al ex Secretario de Hacienda vía correo electrónico para preguntarle directamente si la Fiscalía General de la República (FGR) ya lo había contactado para aclarar lo dicho por Emilio Lozoya en su testimonio. ¿Ya tiene abogado? ¿Qué tiene que decir a las acusaciones del ex director de Pemex?
“Desde que salí del Gobierno de México me he abstenido de dar entrevistas, o publicar opiniones en medios o redes sociales. Sigo apegado a esta decisión personal, y agradezco mucho tu comprensión. Reitero mi compromiso de que, cuando decida hacer públicas mis opiniones, será un gusto conversar contigo”, fue su contestación.
Según Salvador García Soto , Videgaray está consciente de las acusaciones en su contra, “pero él sabe muy bien que Lozoya lo alucina por las fuertes diferencias que tuvieron casi desde el inicio del sexenio peñista y que buscará vengarse con todo en su contra porque al final, el ex director de Pemex tiene claro que la decisión de removerlo de Pemex, en febrero de 2016, fue justamente del entonces secretario de Hacienda quien, tras varios meses de estar pidiendo su salida, convenció al presidente Peña Nieto de que Emilio debía ser removido para evitar que se profundizara la crisis de producción y refinación que había causado en la petrolera nacional”.
No se sabe en qué momento Luis Videgaray hará públicas sus opiniones, pero no sería raro que el gobierno actual le exija hacerlo. Después de todo, Lozoya mencionó su nombre en varias ocasiones en un documento que entregó para negociar su extradición a México.
Lo acusa, por ejemplo, de orquestar una transacción: destinar 6 millones de dólares pagados por Odebretch al “beneficio de contratos” y para pagar sobornos “a legisladores, a fin de garantizar la aprobación de la reforma energética en 2014”.
En su documento, Lozoya también sostiene que Videgaray y Peña Nieto le ordenaron usar 52 millones 380 mil pesos para sobornar a legisladores panistas con el fin de que aprobaran diversas reformas del Pacto por México o que Luis le pidió que sobornara a Ricardo Anaya y otros legisladores panistas para que aprobaran la Reforma Energética.
Luis Videgaray estudió Economía en el ITAM y tiene un doctorado también en Economía con especialidad en Finanzas Públicas por el MIT.
Antes de dar el salto de lleno al mundo de la política trabajó en la banca de inversión y fue asesor de Pedro Aspe (Secretario de Hacienda y Crédito Público) en el sexenio de Carlos Salinas de Gortari. Luego, para 2005 y ya como miembro activo del PRI, se convirtió en secretario de Finanzas, Planeación y Administración del Estado de México, cuando Enrique Peña Nieto era gobernador de la entidad.
Seis años después coordinó dos campañas: la de Eruviel Ávila, aspirante a la gubernatura del Edomex, y la de Enrique Peña Nieto, candidato a la presidencia de la República.
Durante el sexenio de EPN tuvo dos cargos, Secretario de Hacienda y Crédito Público (cargo que ejerció de 2012 a 2016) y Secretario de Relaciones Exteriores (que asumió en 2017 y que terminó al acabar la gestión de Peña).
Como Secretario de Hacienda fue nombrado “Mejor Secretario de Finanzas del Año” por revistas como The Banker y Euromoney; además, en 2004, la revista Foreign Policy lo incluyó en su lista de los 100 Pensadores Globales más Importantes.
