A las 00:46 horas de este viernes aterrizó en la Ciudad de México un avión procedente de Madrid que transportaba un pasajero sobre cuya cabeza pesan acusaciones de lavado de dinero, cohecho y fraude, pero también la esperanza del presidente Andrés Manuel López Obrador para esclarecer el caso Odebrech.
Se trata del ex director de Pemex Emilio Lozoya Austin, quien fue detenido en febrero de este año en Málaga, España, luego de haber huido del país hace más de un año.
Durante más de seis años fue muy cercano a Enrique Peña Nieto, incluso desde su campaña presidencial en 2012, en la que fungió como Coordinador de Vinculación Internacional. La revista Expansión señala que justo en esa época, Lozoya presuntamente recibió un soborno de más de 9 millones de dólares de la constructora brasileña Odebrecht “a cambio de favorecerla con diversos contratos en México”.
Una vez que EPN fue elegido Presidente de México, Emilio fue nombrado director de Pemex, cargo que asumió cuando iniciaba el nuevo sexenio, en diciembre de 2012. Durante su gestión se supo que, efectivamente, había aceptado sobornos de las constructoras Odebrecht y OHL para autorizarles la licitación de diversas obras públicas.
Otro de sus grandes “errores” como directivo de Pemex fue la compra de dos plantas a precios muy inflados, entre ellas, la planta chatarra Agro Nitrogenados en 2013 por la que se pagó 280 millones de pesos, 57 por ciento más de su valor real, transacción que ahora deberá explicar a detalle.
Los escándalos lo perseguían hasta en su vida privada, pues en varias ocasiones se le acusó de usar transportes oficiales, terrestres y aéreos para moverse por la capital del país e, incluso, para realizar viajes de placer en México y el extranjero.
Además, levantó sospechas al comprar de contado una casa en el exclusivo fraccionamiento Lomas de Bezares, en la CDMX, que costó 38 millones de pesos. Mexicanos Contra la Corrupción y la Impunidad (MCCI) publicó en su momento que el dinero fue producto de un soborno por parte de Odebrecht.
Los señalamientos al final pesaron mucho más que su amistad con EPN, quien finalmente no tuvo otro remedio que sustituirlo casi cuatro años después de iniciado su sexenio, en 2016.
Durante años, en México no se investigó a fondo el caso Odebrecht, un escándalo a nivel internacional… hasta que AMLO llegó al poder.
Ya con la nueva administración, la Secretaría de la Función Pública citó a declarar a Lozoya con el fin de que explicara irregularidades detectadas la compra de la planta de fertilizantes Agro Nitrogenados. Además, lo sancionó de dos maneras: le impuso una multa de 30 millones de dólares (cerca de 620 millones de pesos mexicanos) y lo inhabilitó para ocupar cargos públicos durante los próximos 15 años.
Pero Emilio Lozoya nunca se presentó. Y justo antes de que se venciera el plazo para que compareciera ante la institución y, por lo tanto, antes de que se girara una orden de aprehensión en su contra, salió del país en mayo de 2019 y se instaló en Alemania, país de donde es originaria su esposa, Marielle Helene Eckes.
Meses después de que se refugiara en Alemania, en julio, la Fiscalía General de la República (FGR) giró la orden de detención, misma que en un principio logró frenar gracias a un amparo; sin embargo, la Judicatura Federal rebatió su amparo alegando que el arresto podía proceder pues el ex director de Pemex estaba acusado de “delitos graves”.
La cosa escaló a nivel internacional, pues el exdirector de Pemex, su madre Gilda Austin, su esposa Marielle y su hermana Gilda fueron incluidos en la Ficha Roja de la Interpol. De pronto ya eran buscados en 190 países.
Tiempo después, el gobierno mexicano ofreció a Emilio un criterio de oportunidad, figura legal que daba al ex funcionario la posibilidad de “cooperar con la justicia para dar información sobre los superiores jerárquicos en hechos de corrupción”. Pero de nueva cuenta él hizo mutis.
Finalmente, en febrero de este año, Emilio Lozoya fue localizado en una casa de La Zagaleta , una exclusiva privada en Málaga, España conocida como "la más lujosa de Europa", propiedad de un magnate ruso (cuya identidad hasta ahora se desconoce), donde pasaba sus días jugando golf y estudiando ruso, según informó el diario español El País. Desde entonces permaneció en calidad de detenido en la Madre Patria.
A fines de marzo, la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE), a través de la embajada de México en España, entregó al Ministerio de Asuntos Exteriores, la Petición Formal con Fines de Extradición de Emilio Ricardo Lozoya Austin.
Pero el ex director de Pemex se tomó su tiempo y fue hasta fines de junio que dio a conocer su decisión de por fin aceptar ser extraditado a México, además, ofreció “su colaboración para establecer y esclarecer los hechos que le han sido imputados”, mismos que niega, según informó el Fiscal General de la República, Alejando Gertz.
Esta “colaboración” es muy clara: de acuerdo con el periódico Reforma, dará al gobierno 12 videos que en total suman 16 horas de material audiovisual que muestran a políticos mexicanos de renombre y diversos funcionarios recibiendo sobornos para aprobar distintas iniciativas, como la Reforma Energética.
Justo lo que buscaba el Presidente, que espera que con el testimonio de Lozoya se esclarezcan varios casos de corrupción no sólo en Pemex, sino también durante el sexenio de Peña Nieto.
"No sólo es el proceso judicial, sino el ejemplo, el que no se celebre, no se festeje al corrupto, sino que se le estigmatice... la llegada del señor Lozoya va a ayudar mucho", aseguró AMLO este jueves.
El testimonio y pruebas de Emilio Lozoya no se presentarán tan rápido como se hubiera querido, pues a su llegada a la Ciudad de México se descubrió un factor con el que nadie contaba: su salud.
Cuando aterrizó, se le leyeron sus derechos, le dieron a conocer los cargos que se le imputan y se le practicó un examen médico de rigor por parte de las autoridades. Fue entonces que el médico encargado descubrió que el ex director de Pemex tiene anemia, problemas de esófago y una debilidad general. Debido a su actual condición se decidió internarlo en un hospital privado donde permanecerá hasta nuevo aviso.
Una vez que lo den de alta y esté en condiciones, Emilio Lozoya presentará los 12 videos que comprometen a altos funcionarios y políticos, además de que deberá rendir cuentas sobre todas las operaciones ilícitas que hizo con la constructora brasileña Oderbrecht y que él niega; tendrá que aclarar también si sobornó a políticos para que aprobaran la Reforma Energética, entre otras propuestas.
El ex funcionario asimismo explicará de dónde proviene el dinero con el que compró la casa de Lomas de Bezares, así como una propiedad, Quinta Mar, ubicada en Ixtapa, Zihuatanejo, que supuestamente se adquirió gracias a un soborno que Altos Hornos de México le pagó a Lozoya.
