Las horas de angustia de la mamá de Denise Dresser por su supuesto secuestro

Lo más alarmante, según contó Denise, es la cantidad de información que tenían sobre ella, misma que llevó a su mamá a caer en la trampa.

Tras recibir la llamada, la mamá de la periodista salió, en pijama y pantuflas, con sus tarjetas de crédito y datos bancarios y se subió a su coche. Manejó con dirección a un domicilio que no encontró, por lo que la hicieron ir al hotel Fiesta Americana sobre Calzada de Tlalpan. Ana Eugenia estacionó su Nissan a dos cuadras del lugar y dejó las llaves pegadas como le ordenaron los extorsionadores.

Entró al hotel y reservó una habitación en la que pasó la noche en vela recibiendo llamadas amenazantes cada hora. Las personas del otro lado del teléfono, además de decirle el número de habitación en el que estaba hospedada —por lo que la mujer supuso que personal del lugar estaba coludido—, le dieron datos específicos de su rutina y de la de su hija Denise.

Después de ocho o nueve horas, la mujer de 83 años escuchó pasos en el pasillo, al parecer era un empleado del hotel, le dio 200 pesos y una nota con un número de teléfono rogándole que hablara con su hermana a Monterrey, en ese momento, mientras Denise Dresser leía los periódicos en su cama, recibió la llamada de su tía que le informó lo que estaba sucediendo. “Entre varios buenos samaritanos, logramos que mi madre saliera del hotel a salvo y finalmente la recibí en casa, llorando de alivio y de dolor y de importancia”, escribió Dresser.

Sin embargo, el periodista Héctor de Mauleón, en su columna de El Universal que tituló “El 'secuestro' de Denise Dresser”, dio a conocer que dentro de las mujeres periodistas y comunicadoras que también habían pasado por una situación similar estaban Sabina Berman, Gabriela Warkentin y Katia D´Artigues. Asimismo, detalló que a la señora Ana Eugenia le robaron su coche y le pedían 250 mil pesos para "liberar" a su hija.