Brigitte Macron revela intimidades de su matrimonio

Desde que llegó hace poco más de dos años al Palacio del Elíseo de la mano de su esposo Emmanuel Macron, convertido en presidente de la República francesa, el nombre de la primera dama Brigitte Macron ha sido criticado y alabado, pero nunca ha pasado inadvertido.

Hace unos días fue invitada al programa de Marc-Olivier Fogiel en la cadena RTL y habló de cómo es su vida junto al presidente de Francia desde que fue elegido para el cargo.

Macron tiene 66 años y su esposo 41, y sabe que la diferencia de edad es una de las características de la parejas que más llaman la atención, así que durante la plática no perdió la oportunidad para declarar que odia la palabra “Cougar”, que se utiliza para referirse a las mujeres maduras que gustan de hombres más jóvenes.

"Las relaciones de pareja no son fáciles cuando no tienes la misma edad y es aún más complicado cuando tienes una gran diferencia de edad. A mí siempre me han atraído los hombres de mi edad, salvo Emmanuel Macron que ha sido la excepción", reconoció.

La pareja se conoció cuando ella tenía 39 años y estaba casada con el padre de sus tres hijos, Sébastien, Laurence y Tiphanie. Él tenía 15 e iba a la misma clase de su hija Laurence, a quienes Brigitte daba clases de teatro.

Tiempo después la profesora se separó de su marido y tomó la decisión de compartir su vida con quien había sido su alumno.

"Naturalmente que hice daño a mis hijos, como lo hacen todos los padres que se divorcian. Pero en un momento dado comprendí que Emmanuel era el hombre de mi vida. Y creo que ellos también lo han entendido", dijo Brigitte durante la entrevista.

"Si mis hijos no me hubieran permitido vivir con Emmanuel no podría haberlo hecho. Estoy muy centrada en ellos", afirmó la primera dama francesa quien fue criticada por dejar a su primer esposo por un hombre mucho más joven que ella.

Además, entiende que su modelo de pareja choque a la gente: "Nuestra pareja no es un modelo, obviamente no es la pareja ideal”, recalcó.

Aunque en el pasado otras primeras damas se quejaban de vivir aisladas en El Elíseo, ella afirma estar "feliz", y asegura que sale con normalidad para comprar, ver a sus hijos y a sus nietos o cenar en un restaurante con su marido.

Brigitte no considera que su marido haya cambiado desde que llegó al poder, pero ventiló algunas intimidades como que al presidente le han salido algunas arrugas, que a su parecer le sientan bien. Incluso bromeó con que lo mismo le ha pasado a ella, y añadió que Macron es "más viejo y más razonable" que ella misma que es más impetuosa y risueña.

También compartió afronta su papel de primera dama: "Soy una presencia que no se ve. Estoy presente en todas partes, pero no soy visible en ninguna. Cuando Emmanuel me necesita, sabe donde estoy".

La primera dama francesa expresó su admiración hacia su marido como presidente: “Trabaja todo el tiempo, se hace preguntas, responde a las preguntas y encuentra soluciones. Sería infeliz si le viera rendirse, pero no le he visto nunca en esa situación"

Finalmente admitió que en estos dos años de mandato también ha cometido errores: "Todo el mundo lo hace, es profundamente humano, es solo un hombre. No se tienen respuestas inmediatas para todo, pero creo que el tiempo le rendirá homenaje".