5 claves para entender el caso de Lula da Silva, condenado a 12 años de prisión
En los últimos 5 años, la política brasileña ha vivido un torbellino donde políticos y empresarios se han enfrentado a la justicia en casos de corrupción y lavado de dinero. El último episodio es la segunda condena sobre Luiz Inácio Lula da Silva, el expresidente de la nación suramericana, según la cual el mandatario deberá permanecer en la cárcel 12 años y 11 meses
Cabe recordar que el político brasileño ya se encuentra recluido en una cárcel al sur de Brasil donde cumple una condena de 11 años por cargos similares que se relacionan con la operación denominada Lava Jato (lava autos en portugués).
Este solo es un capítulo más en una historia que comenzó en 2014 y de la que presentamos 5 momentos clave.
El origen
En marzo del año 2014, lo que comenzó como una operación sencilla de rutina se convirtió en el caso de corrupción más grande de la región. La policía detuvo a un grupo de personas mientras investigaba irregularidades en el abastecimiento de centros de lavado de coches. De ahí el nombre de la operación (Lava Jato, lava autos en portugués). Entre los detenidos se encontraba Alberto Yousseff, un hombre con antecedentes penales criminales pero con "palancas" suficientemente altas en la política del Brasil.
Es célebre su frase "chicos, si abro la boca, esta república se desmorona", durante sus declaraciones que vincularon a diferentes trabajadores de Petrobras, la empresa más grande de Brasil y la estatal más grande de latinoamérica. Sus palabras destaparon una compleja red de corrupción oculta que se conoce como el Caso Petrobras.
La escalada
Las investigación subieron el rango de los personajes al interior de la empresa Petrobras. Comenzó con senadores y diputados hasta llegar a exministros del mandatario Lula da Silva. Para este momento, el empresario Marcelo Odebrecht ya se encontraba en prisión preventiva acusados de sobornar a funcionarios de Petrobras, empleando para tal efecto cuentas en Suiza, Panamá y el Principado de Mónaco. Según las investigaciones el líder de una de las constructoras más importantes del país, pagó sobornos cercanos a los 230 millones de dólares americanos para conseguir licitaciones de la empresa estatal de manera fraudulenta.
La condena por estos delitos era de 19 años y cuatro meses de cárcel. El magnate buscaba conseguir una sentencia menor a cambio de contar todos sus sobornos y dar una lista con nombres y apellidos de los políticos de diversos niveles que se habían beneficiado con ellos.
El estallido
Diversos funcionarios y políticos intentaron frenar las investigaciones, lo que comenzó a levantar sospechas y señalamientos sobre posibles responsables. Fue a finales del año 2015 que el senador del Partido de los Trabajadores Delcidio Amaral decide confesar y poner sobre la mesa por primera vez los nombres de Dilma Rousseff, la entonces presidenta de Brasil, y el de Lula, el anterior mandatario.
La caída
Durante el primer trimestre del año 2015, Lula y la Fiscalía se enfrentaron en una serie de acusaciones y defensa. La disputa llegó a un nuevo nivel con la destitución definitiva de Dilma Rousseff como presidenta de Brasil en el mes de agosto. En septiembre de ese mismo año, el Juez Sergio Moro determinó que se encontraban “indicios suficientes de autoría y materialidad” para llevar a Lula a juicio por corrupción y lavado de dinero por haber recibido cerca de 1,1 millones de dólares.
Hoy
Después de diversas acusaciones y pasos en las investigaciones, el 27 de marzo de 2018 un tribunal ordenó la captura e ingreso a prisión de Lula, lo que provocó tensión política y violencia entre diversos polos de la sociedad brasileña. Aún en este contexto, el político intentó presentarse como candidato en las pasadas elecciones presidenciales. A pesar de contar con una alta popularidad entre los votantes, en septiembre abandonó la campaña y la dejó en manos de Fernando Haddad, quien no logró imponerse a Jair Bolsonaro el actual presidente de Brasil.