Los efectos colaterales que sufre Barron por ser el pequeño hijo de Trump
Aunque la atención mediática está centrada en el nuevo presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ésta también abarca a su familia y últimamente se ha enfocado en su hijo menor, Barron, quien se convertirá en el primer niño hombre en vivir en la Casa Blanca desde 1960.
Con sólo 10 años de edad, Barron fue un fenómeno de internet desde el día de la victoria presidencial de su padre, pues apareció muy somnoliento y aburrido en su primer discurso como presidente electo.
En la toma de protesta, el pasado 20 de enero, Barron también fue el foco de atención por bostezar durante la ceremonia de inauguración. Esto lo convirtió en el blanco de burlas y críticas en la redes sociales, al grado que hasta Chelsea, hija de Bill y Hillary Clinton, salió en su defensa.
“Barron Trump merece la oportunidad como todo niño de tener una infancia”, escribió en su cuenta de Twitter.
El escrutinio de la prensa sensacionalista también se ha enfocado en la salud del hijo menor de Trump: se publicó que posiblemente padezca autismo. Incluso la conductora Rosie O’Donnell —a quien Donald Trump llamó una “cerda” e hizo comentarios sobre su sobrepeso— retuiteó un video que sugería esta posibilidad. Aunque pronto se retractó y ofreció disculpas a Melania por el “insensible” tweet, TMZ reportó que la familia Trump amenazó con demandarla.
Otro incidente reciente en redes sociales fue el de la comediante Katie Rich, guionista de Saturday Night Live. Ella escribió en Twitter: “Barron será el primer tirador escolar educado en casa de este país”. Pronto se retractó, pero ese comentario le costó una suspensión indefinida del programa.
Es decir, pese a su corta edad, Barron está viviendo los efectos colaterales de ser hijo del nuevo y controversial presidente de Estados Unidos.
Aunque se parece físicamente a sus dos padres, Melania ha dicho que su personalidad es muy similar a la de su esposo. “Él es muy fuerte mentalmente, muy especial y listo. Es independiente y con opiniones propias y sabe exactamente lo que quiere. Algunas veces lo llamo el Pequeño Donald, en apariencia es una mezcla de ambos, pero por su personalidad es por lo que los llamo así”, dijo la primera dama en entrevista.
Se sabe que Barron habla también de maneras fluida francés y esloveno (debido a las raíces de su madre) y, como su padre, siente fascinación por los rascacielos. De hecho, tiene un piso para él solo en la Trump Tower.
Aunque sus padres ya están instalados en la Casa Blanca, en Washington, decidieron no interrumpir su ciclo de Barron y por eso terminará este año escolar en Columbia Grammar and Preparatory School, una institución privada en Nueva York que tiene un costo de 31 mil dólares el año y a la que han asistido personalidades desde la actriz Sarah Michelle Gellar hasta el escritor de Moby Dick, Herman Melville.
¿Qué tan bueno (o malo) será que un niño tan pequeño tenga tanta atención encima de él?
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