Dilma Rousseff, presidenta de Brasil, es suspendida de su cargo
Dilma Rouseff debe dejar la presidencia de Brasil este jueves, decidió el Senado de Brasil tras una sesión maratónica de más de 20 horas que inició el miércoles, cuando 68 legisladores expresaron su opinión sobre la viabilidad de un juicio político en contra de la mandataria, acusada de violar las leyes presupuestarias.
La decisión se tomó por 55 votos a favor y 22 en contra. La votación termina con más de 13 años de gobierno del izquierdista Partido de los Trabajadores, que surgió del movimiento laboral de Brasil y ayudó a sacar a millones de personas de la pobreza antes de ver a muchos de sus líderes enfrentando investigaciones por corrupción. Fuegos artificiales resonaron en algunos vecindarios de Brasil después de la votación del Senado.
Rousseff se convierte en el primer jefe del gobierno brasileño suspendido de su cargo en más de dos décadas. La presidenta dejará sus funciones mientras dure el proceso de juicio político, que tomaría hasta seis meses.
Tras la decisión del Senado, Dilma Rousseff exoneró a sus ministros, excepto al presidente del Banco Central, Alexandre Tombini. Tombini tiene categoría de ministro y el vicepresidente Michel Temer, que asumirá la presidencia de la República, tiene la intención de dejar a Tombini en la dirección del ente emisor por un período de transición que puede prolongarse por algunos meses.
En su cuenta oficial de Facebook, Dilma Rousseff publicó la postura del ex abogado defensor de la unión y actual senador José Eduardo Cardozo, que expresó que se está cometiendo una injusticia histórica con la destitución de la presidenta brasileña.
Pese a la suspensión, Rousseff seguirá teniendo acceso a su residencia oficial del Palacio de la Alvorada, en Brasilia, así como a una plantilla de 300 personas, durante el juicio político. Su personal está negociando entre 15 y 20 asesores personales más y el acceso a un avión de la Fuerza Aérea, afirmó un asesor de la política.
El ascenso al poder del vicepresidente Michel Temer, considerado más amigable para los empresarios, ha hecho subir con fuerza los mercados financieros este año, con la esperanza de que su equipo recorte un déficit fiscal masivo y devuelva la economía al crecimiento.
La popularidad de Rousseff se desplomó por la larga investigación de una enorme trama de sobornos en la petrolera controlada por el Estado, Petrobras, en un momento en que ella era presidenta de la compañía.
La crisis política profundizó la peor recesión que vive Brasil desde los años 1930.
Además, llega menos de dos años después de la reelección de Rousseff por un estrecho margen para un segundo mandato de cuatro años, cuando Brasil esperaba brillar en el escenario mundial con los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro en agosto próximo.
Existen preocupaciones de que el tenso momento político en Brasil genere protestas que podrían volverse violentas.
El miércoles, manifestantes contrarios al juicio político bloquearon caminos y quemaron neumáticos durante protestas en Sao Paulo, la capital Brasilia y otras ciudades, irritando a los conductores y provocando enfrentamientos con la policía. El PT y asociaciones sindicales han convocado a una huelga nacional.