Mientras caminamos por un paisaje semidesértico de San Luis Potosí, donde comienza la historia del mezcal Salmero, y los rayos del sol caen sin tregua sobre nuestras cabezas, es inevitable pensar que la fiebre por este destilado mexicano nos recuerda un poco a la fiebre del oro.
En ambos casos, distintos grupos de aventureros emprendieron un camino con una idea en la cabeza: riquezas y un futuro brillante, aunque al hablar de mezcal, también se tiene el objetivo de producir un elixir que, como los metales preciosos, sea codiciado por todos y disfrutado sólo por algunos afortunados.
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El boom que tuvo el mezcal en la primera década del siglo 21 –y que no se ha detenido– ha hecho que ahora no sólo el tequila sea reconocido internacionalmente como una bebida mexicana por excelencia; el mezcal también ha reclamado su lugar y con justa razón.
Y es que, aquellos empresarios que encontraron su veta mezcalera y han sabido aprovecharla hasta llevar su producto a niveles de la más alta calidad, como es el caso del mezcal Salmero, respaldan su etiqueta con una historia nutrida por los sueños de quienes la impulsaron y, naturalmente, con el sabor de este destilado que enamora cada vez más y más paladares en México y el mundo.
La historia de mezcal Salmero
El mezcal Salmero nació gracias al impulso de un grupo de empresarios –y amigos– con distintos perfiles profesionales pero que coincidían en las ganas de honrar el sabor distintivo de la agavácea oriunda del altiplano potosino, la Salmiana; y, sobre todo, en brindar por la historia que comparten juntos, el orgullo por su tierra y el deseo de aportar su visión particular de una bebida que –como sabemos quienes la disfrutamos– es algo más que un producto; es el motor de una buena charla, el arranque de una comida que termina en fiesta y el pretexto perfecto para que se repita la experiencia.
Fabricado de manera artesanal en un proceso en el que interviene una tahona de piedra y un horno de vapor, el origen del mezcal Salmero son las zonas áridas del altiplano en San Luis Potosí, donde los agaves Salmiana crecen de forma silvestre y son cuidados para llevarlos al punto idóneo en que puedan comenzar su transformación y convertirse en el elíxir que, solo o acompañado (ya sea por otros “familiares” de su especie o por los ingredientes con los que un mixólogo hace su alquimia), será disfrutado por paladares exigentes y privilegiados.
Detrás del mezcal Salmero hay una historia de emprendimiento, tradición, amistad y orgullo que nació en San Luis Potosí
De esta forma, tanto su calidad, lo que da como resultado un esmerado sabor, como la historia detrás de sí mismo (la tradición mezcalera de San Luis es de más de 200 años), contribuyen a un disfrute integral de este mezcal que recibe el calificativo premium sin lugar a dudas.
Tradición, historia y visión de futuro están presentes en cada botella de mezcal Salmero
Mezcal Salmero: tres variantes de un elíxir premium en toda la extensión de la palabra
Quizá pocas veces podamos decir, tras llevarnos una bebida a la boca y dejar que haga su “trabajo” en el paladar, que conocimos y nos sentimos parte de su historia. En esta ocasión así fue. Visitamos el terreno donde crece el agave Salmiana, sentimos el calor bajo el cual maduran las plantas y recorrimos el horno donde por medio de la acción del vapor el agave se cuece y suelta sus jugos para que comience el proceso de fermentación y destilado que, al final, dará lugar a las tres variantes del mezcal Salmero. Se trata de tres expresiones que encierran significados que hablan de su naturaleza y espíritu.
Salmero Guadalupe, mitad Salmiana, mitad espadín; es un homenaje a la esposa de Francisco González Bocanegra y a las mujeres mexicanas que impulsan el cambio y las ideas brillantes. Se dice que ella encerró a su esposo en una habitación y no lo dejó salir hasta que terminó de componer la letra del Himno Nacional Méxicano, justamente en San Luis Potosí.
El Salmero Panamericano se compone de mitad agave Salmiana, 25 por ciento espadín y 25 por ciento mexicano. Se llama así para destacar el elemento que une Oaxaca con San Luis Potosí y la ruta que caracteriza la tradición y orgullo mezcaleros de nuestro país: la carretera Panamericana, por la que llegan las plantas desde el sureño estado mexicano hasta el altiplano para encontrarse con sus contrapartes potosinas con las que darán lugar a esta variedad del mezcal.
El Salmero Original es 100 por ciento Salmiana, más potosino imposible. En su sabor se nota la identidad del altiplano, en el que la vegetación y los minerales característicos de este paisaje semidesértico nos hablan de una bebida con identidad y gusto únicos, y son reflejo de una tradición centenaria de la producción de este mezcal que, dicen, tiene propiedades aperitivas, afrodisíacas y digestivas. Y vaya que son ciertas.
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Un tour por San Luis Potosí, tierra del mezcal Salmero
Para conocer el mezcal Salmero y adentrarnos en el ambiente y la historia de la región del país que lo vio nacer, realizamos una serie de actividades por distintos puntos de San Luis Potosí que no sólo nos ubicaron entorno a una mesa o frente a una barra.
La visita al Museo de Leonora Carrington, una ex prisión adaptada como un centro de las artes, fue el marco perfecto para el inicio de conversaciones del animado grupo que asistió a vivir esta experiencia. Y es que desde el laberíntico diseño del lugar, la presencia de la obra de la artista de origen británico (y el recuerdo de su propia historia de vida), así como el bullicio de los jóvenes artistas que se forman entre sus patios y paredes hablan de la efervescencia que este estado del centro del país representa en distintos ámbitos y donde la producción del mezcal está íntimamente relacionada con su historia.
Lo cierto es que no hay nada como acompañar una comida o una cena con un buen mezcal, y Salmero demostró que está listo para abrir boca o acompañar todo tipo de recetas. Desde una tradicional comida mexicana preparada por las cocineras de la destilería, una mesa repleta de mariscos hasta un asado bajo el cielo nocturno o los sofisticados platos gourmet que probamos en el takeover que el bar Handshake hizo en el pintoresco hotel Casa H, ubicado en el centro de San Luis.
Y sí, Salmero se disfruta derecho, como lo prefieren los puristas; pero también se deja seducir por la creatividad de los mixólogos que aprovechan su carácter contundente pero “amigable” para confeccionar cocteles refrescantes, seductores e, incluso, sorprendentes. Sin duda, un mezcal digno de ocupar un lugar destacado en tu cava.
Mezcal Salmero, un elíxir con carácter y espíritu amigable