En un mundo lleno celebraciones en las que las bebidas espumosas son las protagonistas, hay una que, con sus elegantes burbujas es la reina indiscutible: el champagne.
Esta exquisita bebida dorada, tiene una historia fascinante que tuvo lugar en una región francesa.
Te contamos más sobre el origen del champagne para que te enamores de esta delicia, que sin duda, todos deben probar al menos una vez en la vida.
Champagne, la región de donde se tomó el nombre para este tipo de vino espumoso, se caracteriza por tener un clima fresco que crea las condiciones perfectas para el cultivo de uvas, sin embargo, debido a su ubicación, el frío provoca que de vez en cuando, las uvas no alcancen la madurez completa, por lo que las fermentaciones se detienen en invierno. No obstante, esta "problemática" se convirtió en una oportunidad para la creación de esta bebida.
La región de Champagne, aunque ya era conocida por su producción de vino, apareció en el mapa tras el bautizo de Clodoveo, el primer rey de los francos, en el año 496 d.C, en la mega basílica de Notre Dame en Reims. A partir de ahí, sus productos pasaron a ser la joya de la corona, sobre todo el vino burbujeante que los reyes adoraban, un elixir de respeto y distinción.
En la historia del champagne, la iglesia también tuvo su parte, los obispos y monasterios cuidaron las uvas como si fueran tesoros y crearon técnicas secretas.
Por siglos, los viñedos de Champagne crecieron como maleza de jardín, siendo la fuente principal de vino para el norte europeo, sin embargo, la Guerra de los Cien Años hizo que la producción disminuyera y no fue hasta finales del siglo XV que la vida a los viñedos regresó.
El siglo XVII trajo a la escena a Dom Pierre Pérignon, quien revolucionó el juego con su magia en la mezcla y técnicas. El "Método del champagne" fue como un hechizo que cambió la botella en un laboratorio de burbujas mágicas.
La historia del champagne no estaría completa sin mencionar a un nombre icónico: Dom Pérignon. Aunque no fue el inventor de esta bebida, este monje benedictino dejó su huella como el padrino de la perfección.
¿Qué hizo para merecer el título de leyenda? Bueno, Dom Pierre no solo mezcló cosas en una botella y esperó a que burbujearan. No, él era un obsesionado de la calidad y un fanático de hacer las cosas bien, algo así como un científico loco del vino.
No inventó la fórmula, pero le dio un toque maestro a la técnica de producción. Sus experimentos eran como juegos de ajedrez con las uvas y las burbujas. Si una botella no estaba a la altura de sus estándares de perfección, sin pensarlo dos veces la tiraba.
El “champagne” es un producto protegido por la Unión Europea, que estipula que sólo los vinos de esta región en Francia pueden llamarse champagne.
En 1960, lo productores de esta bebida tuvieron que pelear por la denominación de origen, ya que se empezó a producir algo que llamaron "Champagne de España" y ni de cerca se parecía a la dulce y burbujeante bebida dorada.
Además, la UNESCO nombró el paisaje de Champagne como Patrimonio de la Humanidad en 2015.
Hoy en día, la champagne es un símbolo de alegría y lujo en todo el mundo. Ya sea para celebrar ocasiones especiales, brindar por un logro o simplemente disfrutar de la vida, esta bebida sigue siendo una elección que nunca pasa de moda. Su sabor fresco, sus burbujas juguetonas y su historia rica en intrigas y evolución la convierten en una joya de la cultura.
Sin duda el origen del champagne es parte de una tradición que ha viajado a lo largo de los siglos, desde las colinas francesas hasta tu copa, para brindar por la vida y sus momentos inolvidables.
