En total, se realizaron más de 1,200 actividades en la región totonaca y en Papantla, sin embargo, uno de los eventos más esperados fue, por supuesto, la tradicional ceremonia de los voladores de Papantla en donde intervienen cinco hombres que suben a la cima de un poste desde donde cuatro de ellos se sujetan de una base giratoria para lanzarse y “volar” de cabeza con los brazos abiertos, mientras que otro se queda arriba, danzando y tocando una pequeña flauta y un tambor, que marcan el compás del descenso de los voladores. Este ritual se relaciona con la fertilidad y también se efectúa en honor al Sol, así como a los cuatro vientos y puntos cardinales.
Otro de los acontecimientos destacados fue la exhibición y venta de artesanías, en el Centro de las Artes Indígenas (CAI), donde participaron alrededor de 300 expositores con piezas de alfarería, cerámica, madera, vidrio, cantera, así como textiles, juguetes, instrumentos musicales, joyería, bisutería y orfebrería, entre otros trabajos artesanales de la región y de otras partes de la República Mexicana, ya que también se contó con la participación de otros municipios.
Para amenizar los seis días de este festival, se tuvo igualmente la presencia de jaraneros y música de huapango, típico de esta zona del país, por lo que la celebración se tornó increíble.
Voladores de Papantla
Cortesía
Los Voladores de Papantla, un ritual ancestral.
Cortesía
En el Festival Cumbre Tajín también se realizan conciertos masivos.
Cortesía
Visitantes del diversos lugares del mundo acuden al evento.
Cortesía