Admitámoslo; todos amamos España y Madrid, su capital, pero si hay una ciudad que realmente se roba el corazón de los mexicanos cada vez que visitamos la Madre Patria, es Barcelona.
Gracias a sus playas, museos, arquitectura y monumentos históricos, esta ciudad-puerto se consolida como uno de los puntos turísticos más importantes de la Península Ibérica, sobre todo por su hospitalidad y buen servicio.
Este lugar es todo un ícono en esta ciudad costera, pues además de estar ubicado en el famoso Paseo de Gracia (desde donde se puede llegar a los puntos más importantes de la ciudad), consta de un edificio neoclásico francés de 1918.
Este hotel y su famoso spa, son dignos vecinos de las tiendas más top del mercado de lujo, pues —literal— están a solo unos pasos de las firmas de diseñador más importantes, así que si lo que te interesa es el shopping, este es lugar donde te debes quedar.
Pero más allá de su espectacular fachada y el barrio en el que se sitúa, lo mejor de este lugar está puertas adentro, como lo comprobaron importantes figuras del arte como Federico García Lorca, Joan Miró, Picasso o Ernest Hemingway.
Sus frescas y modernas habitaciones te invitarán a quedarte un rato más antes de salir a pasear, pues su última remodelación ocurrió hace menos de 10 años (aunque en realidad sus mejoras son constantes), por lo que la digitalización y modernidad está presente en todos sus rincones.
Con “vecinos” de fama mundial como la Casa Batlló, La Pedrera-Casa Milà o el Museu Amatller (ubicadas, literal, a unos metros) la arquitectura, interiorismo, decoración, diseño e incluso el paisajismo del Majestic no podía quedarse atrás, y para prueba están las más de mil obras de arte que lo adornan.
Parte importante de este lugar, además de sus salones, spa y alberca, son los baños, que son elegantes y modernos a base de mármol —sobre todo en las 45 suites— que contrastan con un mobiliario clásico y sofisticado.
Mención aparte merecen sus tres restaurantes, supervisados por el chef Nandu Jubany, que tiene una Estrella Michelin. La comida catalana es famosa en el mundo, y en este hotel tendrás siempre algunas de las mejores opciones del puerto.
Te sugerimos desayunar en este lugar o que vivas por lo menos una vez el galardonado Majestic Brunch Experience, antes de lanzarte a Las Ramblas, la Sagrada Familia, el Barrio Gótico o el famoso Park Güell, porque Barcelona es también una ciudad caminable, y para eso vas a necesitar mucha energía.
Y para cerrar un día de turismo intenso, además de la comodidad de tu habitación, no estaría nada mal que te dieras una vuelta por el spa, con algunos de los mejores tratamientos de última generación, con marcas como Kobido, Natura Bissé y Sparitual. Después de esto descansarás mejor, y estarás listo para un día más en Barcelona y sus increíbles atractivos.
