A cargo del chef Alonso Madrigal, Malix es el nuevo gran bistró de Polanco que propone una cocina inspirada en latitudes del mundo y, sobre todo, México.
Malix, el 'bistró' de Polanco que rompe conceptos
Si hay que definir o encajonar a Malix se diría que un bistró, un gran bistró, pero ni hace falta.
Desde su nombre, que alude a los perros sin raza, queda claro de qué va el nuevo restaurante del chef Alonso Madrigal.
Del salóna la cocina, aquí pasa de todo y las múltiples y eternas combinaciones toman su propio camino. El más grande acierto de este lugar es que la amalgama puede ser insospechada pero siempre efectiva.
“La palabra engloba muy bien mi cocina y quién soy yo. Al final, es una amalgama de todas las influencias de diferentes latitudes tanto del mundo como de México. Por ejemplo, hay elementos que tomo de la península de Yucatán o de Baja California o el Altiplano Central”, dice Alonso.
Vinos de Austria y Francia, cervezas mexicanas, técnicas asiáticas, elementos de medio oriente, coctelería de la casa y clásicos como el negroni… Y no, no se trata de comida fusión. ¿Por qué definir lo que no se necesita? ¿por qué seguir las reglas si se tiene autenticidad?
“No quiero que nos encasillen en eso”, puntualiza Alonso, “es difícil ponerlo en palabras y quizá por eso ‘bistró’ sea lo más sencillo, pero lo tienes que vivir para definir qué es Malix”.
Un espacio sin raza
Lo ecléctico de Malix no se resume a lo que sucede en los fogones, sino en todo el espacio, atmósfera y mobiliario.
Las paredes y cristales son adornadas por ilustraciones de perritos que el mismo chef describe como Malix. Cada uno, con su nombre propio, se asemeja a una raza en específico, aunque bien podría ser cualquiera.
El estilo itinerante también se ve en las mesas, sostenidos por una base de cemento y un castillo de herrería, pero estilizados con piel.
Y antes de que lleguen los platillos, en el lugar se puede escuchar notas que van desde un indie como el de Sofie y su canción “Try To Reach Me” o Jordon Alexnder con “E36” hasya folk, soft jazz y un jazz más crudo.
“Son muchas cosas en un mismo espacio: servimos desayunos, comidas y cenas, también somos vinatería, tenemos chefs invitados y todo el tiempo están pasando cosas dentro del restaurante. La idea es que invite a la colaboración”, explica Alonso sobre el concepto.
Lo que no te debes perder
–Tostones de plátano
(con puré de frijol y pico de gallo tropical)
– Tartar de cordero
(encurtidos, polvo de cebolla, yema curada y mayonesa de raíz fuerte)
–Col rostizada
(salsa de suero de leche, chimichurri de kale y macadamia)
–Boulevardier