Operado en alianza por Grupo Presidente, este lugar le da un aire fresco a la zona vinícola número uno del país, donde hasta hace unos meses era complicado hospedarse y encontrar donde comer, sobre todo en temporada de vendimias o mientras se realizaban conciertos masivos.
Este hotel boutique de 95 villas se encuentra en medio de viñedos de El Cielo, un lugar inspirado por las noches estrelladas y oscuras de un valle alejado de grandes concentraciones urbanas como Ensenada o Rosarito.
Nuestra aventura enoturística empezó en la Ciudad de México, a bordo de un vuelo de Viva Aerobús que nos llevó puntualmente al aeropuerto de Tijuana, donde ya nos esperaban para llevarnos a Valle.
En cuanto llegamos nos llevaron al restaurante de hotel, Latitud 32, donde nuestros anfitriones hicieron lo que mejor saben hacer los que viven en este lugar; compartir sus vinos y cocina, a través de una cena de cuatro tiempos, inspirada en el estado de Yucatán y creado por el grupo de chefs y cocineros del restaurante El Chapulín, de la Ciudad de México.