La eterna pregunta sobre cuál es el mejor vino chileno puede ser contestada con una ambigüedad como “depende de quién lo tome”, pero también puede ser respondida cuantitativa y cualitativamente, como por ejemplo con un número 100.
Esta fue la calificación en puntos que el crítico de vinos James Suckling calificó la cosecha 2018 de Don Melchor, un cabernet sauvignon de excelencia que puede adquirirse en México.
“Este es un vino de textura suave que permite beberse joven”, explicó Tomás Vial, enólogo de Viña Don Melchor. “Ahora, si uno dijera ‘¿Cuál es el tiempo ideal para tomar?’, yo quizá esperaría cinco años o 10 años. Pero ya con lo que muestra el día en que nació, yo me quedo satisfecho”.
De taninos suaves, color rubí intenso y notas de tabaco, frambuesa, chocolate negro, este vino llega al país directo de Puente Alto, la mejor zona de Chile para esta cepa.
“Este es uno de esos vinos que sí quieres compartir con alguien que sepa apreciar esta calidad, independientemente del momento. Las condiciones para abrir este vino sí nos obligan a pensar en el platillo, la atmósfera, la música y la compañía, pero este vino es para compartirse y sí esperaría que la persona con la que lo comparte sepa apreciarlo”, consideró Sandra Gutiérrez, sommelier en jefe de Concha y Toro.
La excelencia de de Don Melchor viene desde el terruño, fuertemente influenciado de la cordillera de Los Andes. La frescura de las noches frías durante el verano, lluvias en invierno con primaveras y veranos más secos hacen que la vid se desarrolle plenamente.
“Y durante la cosecha casi no existe la lluvia, lo que nos da la ventaja de tener una uva muy sana. Obviamente, la uva sana es clave para producir un vino de alto calibre”, dijo el enólogo Tomás Vial.
A esto se le suma la zona de Puente Alto, formada por el arrastre de material del Río Maipo, haciendo el suelo rico en carbonatos y minerales. Además, el buen drenaje de agua en el terruño hace que el vino sea de calidad superior.
Es en este lugar donde se encuentra la Viña Don Melchor, bodega independiente que pertenece a Viña Concha y Toro que se compone de 127 hectáreas, de las cuales 90 por ciento son de cabernet suauvignon, 7.1 por ciento a cabernet franc, 1.9 a merlot y sólo 1 por ciento a petit verdot.
