Amamos San Miguel, pero más allá de sus típicos puntos de interés como plazas públicas e iglesias, existen espacios para desconectarse y disfrutar de paisajes y un servicio de primera, algo que buscamos cada fin de semana cuando viajamos. Los roadtrips a este destino del Bajío son siempre un buen plan, sobre todo en cuestiones de seguridad y una menor exposición a la pandemia. Ir en tu propio coche es lo mejor, pero si te prestan uno sanitizado y en perfecto estado, pues mejor.
Descubrimos otra cara de San Miguel de Allende y obvio, también nos encantó
Posadas y Avasa-Hertz nos proporcionaron un auto en esta ocasión y lo disfrutamos muchísimo. No por nada la Organización Mundial de la Salud recomienda a los viajes en carretera como la opción ideal de esparcimiento en esta nueva normalidad. En poco más de tres horas estábamos ya en Ilo Rojo , el ejemplo perfecto de Curamoria Collection, el concepto de hoteles boutique de Grupo Posadas. Además de la belleza del lugar (no exageramos cuando decimos que descubrimos una nueva cara de San Miguel), lo mejor es disfrutar de una espectacular vista de la ciudad y su famosa presa.
Desde el estacionamiento notas que se toman todas las medidas de seguridad recomendadas por autoridades en salud y turismo nacionales e internacionales, como el Centro Médico ABC, además de los protocolos de limpieza y desinfección del programa VIAJA con confianza, vigente en los más de 180 hoteles de Posadas.
Nuestro cuarto estaba hasta arriba, aunque conforme pasábamos más tiempo en Ilo Rojo , descubrimos que estés donde estés, no importa el punto, siempre tendrás un gran panorama visual del valle. El mobiliario de diseñador, la distribución y la comodidad de la habitación fue lo mejor, pero la terraza, casi tan grande como el cuarto, merece una descripción especial. Metros y metros cuadrados para asolearse, comer a la sombra o relajarse con el paisaje entre plantas de lavanda. De frente teníamos la ciudad, y a los lados, los tranquilos barrios de San Miguel, donde viven los locales entre árboles endémicos y cactus como el típico garambullo.
Con solo 30 habitaciones se garantiza un silencio casi total, incluso en las áreas como el restaurante-bar, la alberca y las terrazas, como la localizada en frente de la recepción, donde los atardeceres son lo máximo.
Solo realizamos una actividad en San Miguel durante el fin de semana (realmente la idea era estar todo el tiempo en el hotel y disfrutar de sus instalaciones), pero nuestros anfitriones nos llevaron a visitar la Hacienda San José la vista, uno de los hot spots de la zona.
Recorrer sus viñedos y campos de olivos siempre es una experiencia, pero disfrutar de sus vinos en las terrazas es memorable, sobre todo las que ofrecen vista a la presa, donde la temporada de sequía le da un aspecto dorado y árido al paisaje.
Lo mejor fue conocer los procesos para la creación de vinos, tanto en sus campos de cultivo como en las bóvedas, y disfrutar de la cocina del restaurante Tarragon al fresco, que le hace honor a su nombre. Los platillos están elaborados por algunos de los mejores chefs de San Miguel, quienes crearon una carta equilibrada entre platillos mexicanos e internacionales. Las carnes rojas y los vinos tintos fueron un hit en nuestra mesa.
De regreso en Ilo Rojo descansamos en nuestra propia terraza, pedimos un poco de vinos y quesos, y disfrutamos de la tarde. Tienen unos tipo "puff" ideales para descansar y pasar el rato.
Al día siguiente, tras 48 horas en San Miguel, teníamos que regresar. La idea nunca es agradable, pero tuvimos que hacerlo. Posadas ha anunciado que próximamente Curamoria Collection llegará a ciudades como Oaxaca, Guadalajara y Monterrey, y pues bueno, desde ya morimos por conocerlos.