Ana Martorell y Encuentros con México, un proyecto que es puro corazón mexicano

Tuvimos la oportunidad de platicar con Ana Martorell sobre su cápsula tras el lanzamiento de “Encuentros por México”. Cabe mencionar que hay algo en Ana que nos encanta y es, sin duda, la magia que tiene para expresarse de México. Y es que, una vez que la chef se pone hablar de su país no hay vuelta atrás, sus ojos brillan y es ahí cuando entiendes que todo lo que hace en su cocina es por y para México. Su explicación es muy sencilla: “Ana Martorell no existiría si no fuera porque su tierra le regala todos los ingredientes para hacer sus creaciones, así como Tequila Patrón no existiría si las tierras no le regalaran una planta que pueden convertir en tequila”. Puede que eso sea justo lo que la marca y la chef tengan en común: son gracias y por México.

En su cápsula, Ana Martorell aparece preparando un mole rosa, un platillo que la chef, considera, es sinónimo de su nombre. Ella siempre lo dice: “Es más difícil sorprender a un mexicano que a un extranjero”, por eso, en cada paso de la elaboración, Ana busca transmitir ese sentimiento de orgullo que alguien puede llegar a tener gracias a lo que prepararon unas manos y que está hecho con ingredientes mexicanos y prehispánicos. Solo basta 1 minuto 48 segundos para entender que la chef busca demostrar lo rica que es esta tierra y el enorme abanico de posibilidades que ofrece la gastronomía tradicional de nuestro país:

¿Qué es lo que más te enorgullece de formar parte de este proyecto?

Amo el “para qué es”, esta parte de presumir el talento mexicano me encanta. El hecho de que una campaña y una marca diga “Vean lo que tenemos en México” y que busque exponer lo que muchos intentamos hacer por México es increíble. Cuando una marca busca impulsar el talento de México y que el mundo vea lo que están haciendo personajes talentosos en su país, por supuesto que dices “Voy”.

¿Qué es lo que te llamó a formar parte de esta campaña?

Creo que yo no podría expresar mis sentimientos ni mi creatividad sino fuera por México y lo que me regala mi tierra, pasa lo mismo con Patrón, es una especie de sinergia en la que tanto ellos como yo buscamos lo mismo. Tequila Patrón enaltece por medio de una botella al país y en mi caso también busco enaltecer la grandeza de mi país por medio de mis manos que tratan de enseñar todo lo que tenemos en México. Nuestro país sin talento sería una foto hermosa, pero es el talento lo que te lleva a apreciar mucho más esa fotografía: cuando pruebas el talento en la comida, cuando lo llevas puesto en la ropa, es ahí cuando entiendes lo que realmente es el país. Eso fue lo que me atrapó de este proyecto, el hecho de que México resuena como tiene que resonar.

¿Qué es exactamente lo que buscas transmitir a través de tu cápsula?

Uno, sin duda, mi amor por México, segundo, lo sorprendente y lo innovador que puede llegar a ser la gastronomía mexicana y, tercero, busco reflejar en mis ojos este sentimiento de orgullo por mi país y que no lo tenga que decir sino que la gente lo pueda notar a través de mi mirada.

¿Cómo crees que tu comida comulga con una marca como Tequila Patrón?

Creo que eso lo descubrí cuando visite la Hacienda Patrón, todo tenía su lugar, su momento. Me di cuenta de que las personas que trabajaban con Patrón estaban enamorados del concepto, de la marca, de la bebida, del proceso y de las tradiciones (que son intocables). Eso habla mucho de Patrón y eso es lo que hace sentirme orgullosa de ser parte de este proyecto, el hecho de que las tradiciones se cumplan de una forma que logran tocar a su gente a tal grado que se convierten en una familia. Eso es lo que yo trato también de hacer con la gente que trabaja conmigo.

¿Qué crees que es lo que aporta tu gastronomía a México?

Ojalá que algún día aporte en el mexicano este granito de arena para que se sienta orgulloso de lo que somos y lo que tenemos. En mi caso respeto las tradiciones, pero trato de cambiarlas al presentarlas para sorprender a quienes las van a comer. Mi misión es esa: poder cambiar los estándares de apreciación de un país y no defraudar a todas las personas que han luchado porque nuestra gastronomía sea patrimonio cultural de la humanidad.