Si al inicio del año alguien nos hubiera dicho que una pandemia revolucionaría la forma de hacer las cosas y que muchos, entre ellos los restaurantes, tendrían que reinventarse, no hubiéramos dado crédito. Durante casi cuatro meses hemos sobrevivido gracias al servicio de delivery y aunque no nos podemos quejar, ahora sabemos que la experiencia de disfrutar un platillo recién salido de la cocina no tiene comparación.
Hasta hace muy poco, las redes sociales y los medios de comunicación empezaron a anunciar que los restaurantes volverían a abrir puertas, claro, a pasos escalonados y de la mano de ciertas regulaciones y medidas de sanitización. En mi caso, todavía no me sentía lo suficientemente “segura” para salir y tuvieron que pasar un par de semanas más para que, por fin, aceptara darle una oportunidad a la nueva normalidad en el mundo de la gastronomía. ¿El elegido después de meses de encierro? Ryoshi porque, estarán de acuerdo conmigo, nadie le puede decir "no" a la llegada de un atún de cien kilogramos.