El mundo de la moda se vio sacudido –una vez más– esta semana, luego de los cambios que han sufrido distintas casas de moda en los últimos meses, con el anuncio del retiro de Donatella Versace de la dirección artística de la firma fundada por su hermano Gianni y también, al darse a conocer que el diseñador georgiano Demna dejará la marca Balenciaga para ocupar la dirección artística de Gucci, según informó el jueves el grupo Kering, al que pertenecen ambas firmas de lujo.
Con la llegada de Demna, ¿logrará Gucci tener el mismo impacto que Balenciaga?

Adiós, Balenciaga: Demna, nuevo director artístico de Gucci
Demna Gvasalia, de 43 años, quien dirigía la casa francesa desde 2015, se unirá a la marca italiana a partir de julio. "La contribución de Demna a la moda, a Balenciaga y al éxito del grupo es inmensa. Su fuerza creativa es exactamente lo que Gucci necesita", declaró François-Henri Pinault, el director general de Kering, en un comunicado.

Sólo duró dos años:
Demna, a su vez, aseguró estar "realmente encantado" de unirse a "la familia Gucci". "Es un honor contribuir a una casa que respeto profundamente y admiro desde hace mucho tiempo. Estoy deseando escribir un nuevo capítulo de la increíble historia de Gucci con Stefano (Cantino, director general de la firma) y todo el equipo", declaró.
El creador de 43 años reemplazará a Sabato de Sarno, quien dejó el puesto en febrero pasado tras solo dos años al frente de la dirección artística de la casa de moda. Desde entonces se multiplicaron las especulaciones sobre su sucesor.

Demna llega a Gucci, ¿tendrá el mismo éxito que con Balenciaga?
Hasta hace poco, el nombre de Maria Grazia Chiuri, directora artística de las colecciones femeninas de Dior, centró las apuestas sobre quién sería el nuevo director artístico de Gucci. Demna, en cambio, casi nunca apareció.
Su nombramiento fue una sorpresa y la estrategia parece indicar que se busca reimpulsar la marca de lujo italiana, cuyos malos resultados están minando el negocio de su casa matriz Kering, propietaria de otras marcas de lujo como Saint Laurent y Bottega Veneta.

Ahora, cabe preguntarse si Demna será capaz de hacer que Gucci se convierta en un fenómeno mediático y cultural de alcance global como hizo con Balenciaga y qué tan al límite tendrá que llevar el legado y la esencia de la firma italiana para conseguirlo.
El beneficio neto de Kering cayó un 62 por ciento en 2024 y las ventas de Gucci un 23 por ciento, alcanzando 7 mil 900 millones de dólares.
Así fue el último desfile de Demna en Balenciaga
Balenciaga jugó con contrastes en el desfile de prêt-à-porter mixto en la Cour du Dôme des Invalides en París, alternando entre ropa deportiva, pants, denim y abrigos monumentales de piel sintética, transparencias bordadas con strass y lánguidos vestidos de noche.
Demna, el diseñador y enfant terrible de la marca, reunió a los invitados (entre ellos la actriz francesa Isabelle Huppert) en un cubo blanco en el exterior y completamente negro en el interior, para un desfile que se desarrolló en un único pasillo estrecho, permitiendo a los espectadores apreciar las prendas de cerca.
Al ritmo de la sonata "Patética" de Beethoven, el primer golpe de efecto: hombres o mujeres en trajes de chaqueta y corbata, negro sobre camisa blanca o azul, con maletín en mano. Uno de los trajes aparece cuidadosamente arrugado, como si acabara de salir del armario. Otro está lleno de agujeros, como si hubiera sido devorado por polillas.
La música se transforma en electro, y aparece la inclinación de Demna por las colaboraciones con marcas como Puma. Jóvenes con conjuntos deportivos completos, tenis desgastados y otra vez agujereados. El negro domina. Un gran abrigo rojo eléctrico, combinado con un enorme cinturón negro, vuelve a descolocar. Detrás, un modelo culturista con una camiseta blanca a la que le acaban de arrancar las mangas.
Hombres y mujeres desfilan con botas de estilo ecuestre, negras y que parecen ser una talla de más. Algunos modelos lucen vestidos de seda y stilettos. Anoraks cortos, ajustados a la cintura, con enormes capuchas de piel que ocultan el rostro. Chaquetas acolchadas bien voluminosas, ya sean cortas en un color fresa ácido o en negro absoluto cubriendo todo el cuerpo. Y una sudadera de color azul cielo que se alarga hasta los pies.
Con información de AFP