Las tendencias van y vienen, cortes, colores y accesorios de moda nos pueden cautivar a todos, pero no a Isabel II , quien durante 70 años de su reinado nos dejó claro que poseía un estilo único, elegante y atemporal.
Pensar en un único look que nos remita a ella no es una tarea fácil, todo lo contrario; diversas apariciones podrían llegar a nuestra mente, como el vestido que usó en su boda, cuando la coronaron o aquella ocasión en la que fue fotografiada saliendo del Claridge Hotel en Londres con un vestido dorado semi ceñido, abrigo de piel blanca y una tiara.
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El estilo inconfundible de la reina isabel II
Por supuesto que sus apariciones con capas, coronas y accesorios que solo suelen llevarse en los eventos más importantes de la monarquía son los que más recordaremos, pero no podemos dejar de lado todos aquellos looks con los que en su vida diaria y en constantes apariciones la distinguieron del resto.
Podríamos decir que el color fue uno de los constantes elementos más emblemáticos de sus apariciones, no le temía a llevarlos, desde los tonos pastel, hasta los vibrantes y algunos muy cerca de los fluorescentes.
Isabel II le fue fiel a su estilo en los vestidos que usó, pudimos ver prendas lisas, pero también algunos estampados con flores discretas, en tonos suaves que transmitían esperanza. No siempre han sido siluetas de manga larga o tres cuartos, en su juventud llevó siluetas de manga corta, sin mangas y escotes como el bardot.
Isabel sí experimentó su estilo, más allá de clásicos vestidos, aún siendo princesa ella fue quien se apoderó del ‘New Look’ de Dior, el cual contemplaba falda por debajo de la rodilla con saco asimétrico y un lazo al frente. Se dice que este estilo fue impulsado por su hermana, la princesa Margarita, quien se encargaba de estar al pendiente de las tendencias y le aconsejaba qué llevar.
Ningún look está completo sin joyas, no, ni siquiera el de una reina. Aunque muchos puedan asociar su cargo a una corona, la verdad es que va mucho más allá de eso. La reina se caracterizó por siempre llevar una bolsa con ella, aunque en un inicio eran diferentes modelos, después adoptó las de Launer, una marca británica que comenzó a hacer bolsas en 1941 y más tarde, en 1968 comenzó a ser proveedor de la casa real. Dentro del catálogo de la maison existen muchas siluetas, pero la reina se inclinó por una pequeña en diferentes colores, al centro una hebilla dorada sin importar la tonalidad de la pieza.
Las mascadas también formaron parte de su estilo, en más de una ocasión la vimos llevar mascadas, muchas de ellas Hermés, incluso la maison lanzó varias ediciones en su honor, en 2016 lo hizo para celebrar su cumpleaños número 90.
Por supuesto que detrás de esta serie de accesorios no pueden quedar fuera los sombreros, son incontables las veces que la reina llevó uno y que experimentó con ellos, desde los tipo turbante, hasta pequeñas piezas y claro, los más llamativos para eventos especiales.
Durante las últimas décadas vimos a Isabel con mocasines y con tacones pequeños anchos, pero no siempre fue así, la reina exploró tacones de diferentes alturas y de diferentes estilos, desde zapatillas con pulseras, hasta sandalias que dejaron al descubierto sus pies.
Su siempre acertada elección de ropa confirma su estilo único, no se dejó llevar por tendencias, fue fiel a su corte, estilo y accesorios siempre, hasta el día de hoy en el que falleció. Isabel II será siempre una de las representantes máximas de elegancia atemporal. ¡Larga vida a la memoria de la reina!