En 1906 en Hamburgo, un comerciante, un banquero y un ingeniero, unieron fuerzas para fundar Montblanc, una casa cuyo principal objetivo y especialización era la fabricación de plumas estilográficas. Con el paso del tiempo, fue ofreciendo artículos en piel y relojes, así hasta convertirse en sinónimo de elegancia, sofisticación y excelencia en la manufactura de estas piezas.
Dentro del diseño de los artículos de Montblanc no puede faltar la característica estrella blanca de seis picos; la cuál hace alusión a las seis cumbres de la majestuosa montaña que es el símbolo de la empresa. En su nueva colección, la casa celebra una de las historias más icónicas de la montaña y hace homenaje a cientos de leyendas en torno a ella.