No hay nada más emocionante que dos personas que se aman (no solo amor de pareja) contando su historia. Los protagonistas de esta historia con Cartier nos platicaron cómo se conocieron y qué es lo que los mantiene juntos hasta hoy.
Los que son familia o amigos también tienen historias lindas que contar, así que nos hablaron de cómo ha evolucionado su relación con el tiempo.
Nos enteramos que, por ejemplo, el arquitecto Alejandro Sánchez y la empresaria Federica Armendáriz se conocen desde que ella tenía ¡15 años!, y aunque lo suyo no fue amor a primera vista, sí se transformó en una relación que sigue vigente más de 30 años después de esa primera vez estuvieron uno frente al otro.
“El primer encuentro fue en Zihuatanejo cuando ella tenía como 15 años y yo habré tenido 18 o 19. Y nos reencontramos después de cinco o seis años en la universidad. Yo estaba estudiando Arquitectura en la Iberoamericana y tenía un grupo de amigos de Comunicación muy locochones que hacían performance y yo participaba con ellos. Invitaron a Federica a participar en un performance y ahí nos flechamos, nos enamoramos. La vi y dije: ‘¿Dónde has estado?’ y de ahí pa’l real”.
La historia de amor de la productora de eventos Mariel Paredes y de la cofundadora de Rawketo, Adriana Carranza, es muy similar: el amor no se dio de forma inmediata. “Nos conocimos por unas amigas en común hace casi tres años. Estuvimos conviviendo un tiempo como amigas y después tuvimos un viaje a Marruecos; ahí el estatus era de amigas durante algunos meses. Cuando regresamos de este viaje yo creo que ahí fue cuando nos enamoramos, ya van a ser dos años y medio de ese viaje”, contó Adriana. Según Mariel, el flechazo se dio gracias a que ambas descubrieron que tenían muchos intereses en común:
“El ejercicio, el amor a los animales, los planes outdoors, tenemos muchos amigos en común, los viajes, como ése (a Marruecos), donde compartimos el tema de la gastronomía, el levantarnos a las 7:00 de la mañana y no parar hasta las 12:00 de la noche de caminar y conocer. Eso fue lo que nos enamoró y vimos que podíamos estar juntas”.
Los arquitectos Ramón García y Emilio Dib, quienes son pareja desde hace 21 años, nos contaron que su experiencia ha sido parecida en el sentido de que primero fueron amigos y descubrieron que tenían gustos en común y después llegó el amor.
“Él trabajaba arriba de donde yo trabajaba. De repente nos veíamos y nos saludábamos y un día nos encontramos en un bar y nos quedamos platicando hasta las 7:00 de la mañana. Al día siguiente, volvimos a salir cada quien por su cuenta, nos volvimos a encontrar y otra vez nos quedamos hasta las 7:00 de la mañana. Una vez leí ‘Anda con alguien con quien puedas platicar mucho’ porque através de los años es lo único que haces”, nos confesó Emilio. “Después de 21 años seguimos platicando horas y riéndonos muchísimo”, confirmó Ramón.
El caso de Manne Felici y Rodrigo Dávila es muy especial porque se conocen desde hace 15 años, pero tuvo que pasar mucho tiempo para que el músico se atreviera a confesarle su amor.
“Hace muchos años nos conocimos porque Manne trabajaba en MTV y yo iba mucho al canal a presentar los videos de Motel, mi banda. Pero realmente empezamos a salir muchos años después. Ahí fue una especie de ubicarnos y conocernos. Empezamos a tener algunos amigos en común y años después ya nos encontramos por ahí una noche…”.
“Esa noche fue de conciertos, música y diversión y ya ahí Rodrigo me confesó que estaba enamorado de mí desde hace 15 años… (risas) No. Ahí ya empezamos a salir y pues (todo ha sido) increíble después de dos hijos, dos perros y una tortuga”, añadió la conductora sobre el inicio de su matrimonio de 11 años.
Ahora nos toca hablar del amor filial. Los hermanos Mariana y Santiago Arriaga reconocen que su relación no siempre fue buena.
De hecho, se dejaron de “odiar” hasta que él se fue de México para estudiar la preparatoria en otro país. Pero antes peleaban tanto que incluso sus papás tuvieron que llevarlos a terapia. Su urgente deseo de querer escapar de ella fue lo que los impulsó a intentar llevarse mejor.
“Poco a poco empezamos a crear estos lazos entre nosotros. Cuando yo estaba en preparatoria me fui mucho tiempo a vivir fuera y desde ahí creo que ya nos llevábamos bien; sólo no teníamos esta unión fraternal. Esta separación fue por un año y a partir de ahí regresamos siendo muy amigos y ya luego se fue construyendo más la relación y la amistad cuando empezamos a compartir más cosas”.
Claro, no todo eran pleitos. De niños fueron cómplices de miles de aventuras y travesuras que podían hacer cuando acompañaban a su papá, el cineasta y escritor Guillermo Arriaga a alguna filmación.
Mauricio Guerrero, Alex Gutiérrez y Rodrigo Escobedo de La Metropolitana se conocieron en la universidad hace ya más de 10 años.
Curiosamente, su amistad se dio tiempo después. “Lo tres somos egresados de Centro, de distintas carreras. Mauricio es de la misma generación y Rodrigo dos generaciones arriba. Nos conocimos formalmente poco tiempo después de terminar la carrera en una especie de encuentro”, relató Álex.
Mauricio se acuerda que justo cuando acabaron sus estudios fue que se empezaron a llevar mejor. "Empezamos a colaborar en proyectos, lo que hizo que al final del día decidiéramos asociarnos y formar la empresa”.
El actor Luis de la Rosa y su mamá, la empresaria Concha Orvañanos, siempre han tenido una relación muy cercana que se ha estrechado aún más con el paso del tiempo, sobre todo, dice ella, porque tienen mucho en común.
“Antes era más chiquito y no sabes cómo funcionan las cosas, las relaciones, el mundo y te vas dando cuenta de muchas cosas que antes no veías por la edad y ya tenemos más conversación, ya tenemos más planes, ya podemos ir a comer seguido. Cada vez se va poniendo mejor en cuanto a cuántas cosas estamos compartiendo”, finalizó Luis.
La historia de amor de Norma Listman y Saqib Keval tiene mucho sabor, pues los los chefs y restauranteros se conocieron en un restaurante hace más de cinco años… y desde entonces no se han separado.
“Nos conocimos en el restaurante de una amiga en California y trabajamos en un proyecto juntos al que nos trajo otro amigo chef en un museo y de ahí, no dejamos de trabajar juntos nunca”, recuerda Norma.
El amor fue más fuerte que todo, así que Norma se trajo al chef estadounidense a México para continuar con sus proyectos (el restaurante Masala y Maíz) y la relación.
“Norma quería regresar a México, es su país y yo siempre tuve amor por México y empezamos a cocinar juntos aquí. Soy importado…” (risas).
