A veces, las personas que amamos —sean nuestra pareja, un amigo, un socio o un familiar— nos hacen retarnos a nosotros mismos. Pueden impulsarnos a vencer el miedo a las alturas, a aprender a ceder, a ser nuestra mejor versión de nosotros mismos o a viajar a lugares remotos. Nuestra gente más querida nos impulsa a superar las barreras que nos hemos autoimpuesto.
Hace 10 años, Cartier lanzó la campaña “How Far Would You Go For Love” como un desafío. Esta pregunta invita a vivir el amor total y, para celebrarlo, te presentamos ocho historias que demuestran hasta dónde se puede llegar por amor.
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Las joyas de Cartier celebran cada historia como la mayor de las aventuras. Te invitamos a conocerlas.
Adriana Castro, co fundadora de Rawketo, y su pareja, la productora de eventos Mariel Paredes; Norma Listman y Saqib Keval, dueños del restaurante Masala y Maíz; los hermanos y cineastas Santiago y Mariana Arriaga; Mauricio Guerrero, Alex Gutiérrez y Rodrigo Escobedo, socios en la casa de diseño La Metropolitana; la productora Mane Felici y su esposo, el músico Rodrigo Dávila; el arquitecto Alejandro Sánchez y su esposa, la artista y empresaria Federica Armendáriz; los arquitectos y pareja Ramón García y Emilio Dib y el actor Luis de la Rosa y su mamá, Concha Orvañanos, creadora de Collectiva Concepción nos respondieron a la pregunta How far would you go for love?
Los protagonistas de esta historia con Cartier nos contaron hasta dónde han sido capaces de llegar por amor.
Por ejemplo, Adriana Carranza y Mariel Paredes, quienes llevan casi tres años de relación, han sido capaces de estar juntas a muchos metros de altura, cosa que a Mariel le da pavor.
“Le temo a las alturas”, confiesa la productora de eventos, “pero si ella está conmigo, me aviento de donde sea o subo donde sea. Eso es algo muy real, sintiendo su apoyo me atrevo a hacerlo”.
Por amor, Adriana llegó incluso a vencer al qué dirán. “Lo más fuerte que hecho por Mariel es aventarme a decirle a la sociedad que era mi novia y que era mi decisión de vida estar con una mujer”.
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Los hermanos Mariana y Santiago Arriaga, hijos del escritor Guillermo Arriaga, han llegado a compartir un departamento de 20 metros cuadrados, pero también han enfrentado juntos el desafío de aprender a ceder, pues durante su infancia y parte de su adolescencia no se llevaron nada bien.
“Lo más difícil que hemos hecho es aprender a ceder nuestras ideas con tal de encontrar un punto medio. A veces diferimos en algo de trabajo, pero existe un diálogo entre nosotros. He tenido que aprender a que no siempre voy a ganar el argumento, lo va a ganar Santiago, lo entiendo y hasta aprendo algo”.
Behind the scenes: How far would you go for love?
Santiago está de acuerdo: ceder y dialogar ha hecho que crezcan mucho en su relación de hermanos. “En estos diálogos o diferencias que tenemos a la hora de trabajar, cuando tenemos estos encontrones es cuando más crecemos los dos. Del diálogo salen cosas bien interesantes”.
Mauricio Guerrero, Alex Gutiérrez y Rodrigo Escobedo se quieren tanto que no sólo formaron una empresa juntos hace 10 años, La Metropolitana, también han cruzado mares para estar juntos en los momentos más felices o duros de sus vidas.
“Hemos cruzado el océano para encontrarnos en algún momento de necesidad o de dolor; para compartir las alegrías también”, nos contó Rodrigo.
“Hemos sido demasiado cómplices en muchas ocasiones. Hemos recibido la bala el uno por el otro”, detalló Mauricio.
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Incluso, recuerda Álex, ayudaron a Mau a organizar la pedida de mano… ¡y su boda!
“Yo casi recibo un cohetazo directamente. Cuando Mauricio se casó hizo una pedida muy extraña donde nosotros fuimos cómplices”, contó Rodrigo.
“Fuimos como wedding planners”, detalló Alex.
Manne Felici y Rodrigo Dávila consideran que lo lejos que uno puede llegar depende de los retos que vaya poniendo la vida. “Es muy importante en una relación esta idea de tú encausar tu vida en una dirección correcta, no nada más por ti sino porque estás con tu pareja. Tú llevas al final todas las decisiones que vas tomando del día a día, que van encausando tu vida en una dirección en la que tú te cuidas y, al cuidarte tú, la cuidas a ella y por ende cuidas a la familia”, dijo el músico.
Más allá de eso, Manne y Ro han hecho cosas locas, como aventarse juntos en paracaídas, nadar con tiburones o casarse y tener hijos, que para la productora “es un acto de extrema valentía”.
Alejandro Sánchez y Federica Armendáriz, quienes están a punto de cumplir 25 años de casados, son mucho más extremos: por amor han ido al inframundo.
“Yo sí creo que esta relación ha costado trabajo, como todas las relaciones, pero al final, el amor ha sido más fuerte. Nos hemos reinventado totalmente también de varias maneras. Todos los días es hacer la lucha, sacar lo mejor y sacar el amor antes de cualquier otra cosa”, aseguró la artista y empresaria.
“Hemos tenido todos los pretextos para separarnos y sin embargo, aquí estamos. Yo veo hoy en día que se separan por cualquier cosa y aquí, aunque lo hayamos querido, nunca hemos podido ni querido”, añadió el arquitecto.
How far would they go for love? Se aventaron a tener a su tercer hijo cuando Federica tenía 43.
“Es un regalo de la vida, un premio porque nos portamos bien después de haber sido un desastre y después de haber tenido dos hijas maravillosas que le llevan 15 y 16 años a su hermano. Empezamos de cero con el niño. Se fueron las hijas a estudiar al extranjero y estamos felices con el niño en casa”, presumió Alejandro.
Los arquitectos y socios Ramón García y Emilio Dib, que llevan 21 años de feliz relación, han sido capaces de viajar a lugares insólitos con el único propósito de afianzar una y otra vez el amor que se tienen.
“La semana pasada nos fuimos a Chiapas. Hicimos tres horas manejando, de ahí, cuatro horas caminando en lodo, bajamos 100 metros a rappel, navegamos dos horas en río y llegamos al Arco del tiempo. Ahí lo detendría para conservar ese minuto por siempre juntos”, platicó Ramón.
Por amor a su pareja, Emilio ha roto todos sus miedos: “Me he sumergido a las aguas profundas de Komodo 70 metros, he ido a nadar con tiburones cuando me da pánico, he volado en globo sobre el Cañón de Colorado cuando me da pánico la altura también. Al final de cuentas, todas las cosas que haría y que he hecho por amor, son tal vez los recuerdos más imborrables que quedan de nuestra historia”.
Al actor Luis de la Rosa y a su mamá, la empresaria Concha Orvañanos, les encanta aprovechar el poco tiempo libre que tienen para hacer muchas cosas juntos: desde platicar, ir a tomar un café… hasta convivir con serpientes, que a ambos les dan pavor. El chiste en su relación madre-hijo, dicen, es demostrarse el amor que se tienen en todas las cosas que hacen.
“El amor es el motor de la vida y si eres fiel a ese principio llegas hasta lo más lejano que hay”, asegura Concha.
“El amor es lo único que te llevas cuando te mueres y mucha gente como que vive en constante miedo de sentir, tiene muchas oportunidades y en realidad es lo que todos buscan sin saberlo. El chiste es darse cuenta de que sí lo tienes en todos lados: en tu familia, tu trabajo, tus amigos, tu pareja; en ti mismo también tienes mucho amor. Entonces sí estaría dispuesto a hacer lo que sea por ella, porque es lo único que existe, lo único que vale la pena”, confesó el actor de Luis Miguel, la serie.
Norma Listman y Saqib Keval, dueños del restaurante Masala y Maíz, lo tienen muy claro: por amor irían a donde se tenga que ir y harían lo que se tenga que hacer. Cuando dos se vuelven uno ya no hay preguntas.
“El amor debe ser un acto radical, de amor, político, de justicia y estar en esta pareja para mí significa que estamos construyendo algo, dice el chef".
“A donde me lleve. Si nos tuviéramos que ir a Kenya, me iría a Kenya; si nos tuviéramos que quedar aquí, nos quedamos aquí. Cuando tienes una pareja y cuando encuentras a tu persona, no hay preguntas. Haces lo que tengas que hacer”, piensa Norma.