La gata de Karl Lagerfeld, Choupette, se ha convertido en una celebridad por derecho propio gracias a las campañas publicitarias que realizó en su momento junto a grandes figuras de la industria de la moda y a la adoración con que su famoso dueño hablaba siempre de ella en público.
El legendario director creativo de Chanel llegó a afirmar que el felino blanco contaba con una fortuna propia, porque los ingresos generados por su trabajo como modelo habían sido guardados religiosamente, y que la había incluido incluso en su testamento para garantizar que seguiría disfrutando de los cuidados y los lujos que él se había encargado de darle a través de dos cuidadoras que se turnaban para mimarla tanto de día como de noche.