El legado de estilo de María Félix
Considerada como la máxima diva del cine de oro mexicano, "María Bonita" es uno de los más grandes íconos de estilo y belleza femenina que han existido en nuestro país.
Con un estilo sofisticado e irreverente fascinó a todo aquel que la conociera desde pintores hasta compositores pasando por grandes autores y diseñadores que no dudaban en hacerla su musa. Pero para María Félix no era suficiente con ser bonita, había que aprender a serlo.
Así, de carácter fuerte, mirada intensa, con su ceja siempre levantada, pulido estilo y cintura estrecha rompió con todos los esquemas de las mujeres “tradicionalmente sumisas” en México, imponiendo una imagen de mujer fatal.
En los inicios de su carrera, la originaria de Sonora fue vestida por Beatriz Sánchez Tello, Armando Valdéz Peza, Tao Itzo y Mitzy, exigiendo la confección de sus prendas en los más exquisitos tejidos. No obstante, a la par de la evolución de su carrera firmas como Givenchy, Cristian Dior, Yves Saint Lauren, Roger Vivier, Chanel y Balenciaga la convirtieron en su fuente de inspiración dedicándole a su belleza colecciones.
En 1984, María fue nominada por las asociaciones de alta costura de Francia e Italia como una de las mujeres mejor vestidas de su tiempo, inclinada por las pieles y piezas de inspiración ecuestre siempre sumó aires de misterio a sus looks.
Las joyas fueron otra de sus grandes pasiones, y al igual que los muebles y las obras de arte, las coleccionaba, en especial los diseños que mostraban reptiles. Una de sus piezas más memorables fue diseñada por Cartier en forma de una serpiente, realizada en platino y oro blanco, con incrustaciones de diamantes. Y se dice que una vez entró a una boutique Cartier en Francia, con un cocodrilo bebé en un frasco, y pidió que le replicaran el reptil a la misma escala usando oro y piedras preciosas. "Les aconsejo que no se tarden porque crece rápido", les sugirió.
Tal vez es por eso que la casa joyera gala (Cartier) la reconociera como una de sus más grandes musas pues ha lanzado gamas enteras y piezas en su honor como el reloj “La Doña”. De igual manera lo hizo Hermés dedicándole una doble página en un libro que publicó en 1995.