La evolución de las modelos en la industria de la moda
Como reflejo cultural, la moda ha ido evolucionando a la par con el comportamiento de la sociedad. De esta forma hemos visto cómo los arquetipos de belleza femenina han cambiando a lo largo del último siglo.
Así, los cánones estéticos se han transformado conforme ha ido cambiando el rol de la mujer. En la época de posguerra durante los años 50, una silueta femenina rellena y curvilínea como la de Lisa Fonssagrives (musa y esposa del icónico fotógrafo Irving Penn) reflejaba el estatus de una mujer sana y con acceso a lujos en una realidad de crisis; mientras que en la década de los 60, diseñadores como Yves Saint Laurent y Coco Chanel apostaban por abolir la rigidez del estilo “ladylike” y evolucionar con una silueta más relajada. En paralelo, la mujer se abría paso en la igualdad de derechos con el hombre; donde figuras como Twiggy encarnaron a mujeres versátiles y ligeras.
Los años 70 continuaban con la revolución de género y explotaban la sensualidad femenina proponiendo a modelos como Marisa Berenson y Lauren Hutton. La exuberancia de los 70 se tornó en la opulencia de los 80, donde Jerry Hall, Iman y Janice Dickenson protagonizaban en las pasarelas y portadas de las principales ediciones de moda. La década culminaba con la entrada del minimalismo característico de los 90 donde Claudia Schiffer, Cindy Crawford, Christy Turlington y Naomi Campbell marcaron la época como la era de las topmodels. La belleza simple e impecable se admiraba a la par que la moda imponía cortes sencillos y conjuntos monocromáticos.
Para Itziar Carracedo, editora adjunta de la revista InStyle, los estatutos de belleza se han transformado conforme se han desarrollado las tendencias: “en los 90 las mujeres tenían un look muy fresco conforme a los propuestas de estilo minimalista de los diseñadores”.
Los creativos van buscando prototipos de mujer que puedan representar sus creaciones. “Hoy que los desfiles son unos shows muy producidos se busca a una mujer enérgica y llena de color que de vida a los diseños”, afirma Carracedo.
En la actualidad, la inclinación de las firmas y diseñadores por una mujer multifacética se refleja a través de un carácter andrógino donde supermodelos de facciones duras como Feja Beha y Arizona Muse pueden lucir un smoking con aire masculino o bien derrochar feminidad ataviadas de Chanel.
El comienzo de esta inclinación estética comenzó con la incorporación de Kate Moss a la industria, quien rompió con todos los esquemas de belleza implantando su estilo diferente y cuerpo de niña.