La irreverencia de Carine Roitfeld
Si algo es cierto es que el mundo de la moda no sería igual sin la visión “irreverente” de Carine Roitfeld, quien a lo largo de 30 años ha brindado a la industria un toque arriesgado con el que pocos se habían atrevido a trabajar.
Shootings descritos como “erotic-chic”, provocativas fotografías con figuras como Eva Herzigova posando con carne cruda, niñas portando elegantes prendas de manera sugestiva y controversiales imágenes de modelos que muestran una juventud y vejez en contraste, generan en el espectador un desconcierto que lo marca.
La misma sensación es la que ha dejado la francesa quien durante 10 años como editora en jefe de Vogue Paris seleccionó las principales tendencias cada temporada para mostrarlas a su manera y desde un ángulo único.
Hija de un director de cine ruso y una mujer de la burguesía gala, Roitfeld, de 56 años, comenzó su carrera a los 18 años como modelo, más tarde comenzó a trabajar como estilista y escritora de la versión francesa de Elle para luego mudarse a la revista Glamour, ganándose la confianza de firmas como Yves Saint Laurent, Gucci, Versace y Missoni para ser su consultora, no obstante no fue hasta el 2001 que Conde Nast le pidió que tomará en mando de Vogue Paris, para 10 años después renunciar para seguir con sus proyectos personales.
Quizá el momento clave a lo largo de su trayectoria fue aquel cuando conoció al fotógrafo Mario Testino, con quien decidió unirse fascinada por su perspectiva artística. Con él inició su legado de refinados editoriales que imitaban el lenguaje corporal mostrado en las tomas de desnudos de Testino enmarcados por piezas de las mejores firmas, evolucionando de inmediato a la industria de la moda.
Considerada por muchos como “irreverente”, Carine decidió plasmar en un libro de 368 páginas -con el mismo nombre- sus vivencias y experiencias desde sus comienzos hasta la actualidad, la edición estará disponible a partir de hoy y tiene un precio aproximado de 95 dólares.