Los premios Emmy tuvieron críticas y poca audiencia

La transmisión del show de la entrega número 60 de los premios Emmy, criticada ampliamente como uno de los peores, obtuvo también una reducida audiencia televisiva que de acuerdo a las primeras cifras serían las más bajas en la historia de la premiación. Según cifras preliminares de Nielsen Media Research, la transmisión de tres horas de la cadena ABC, liderada por los triunfos para "Mad Men" y "30 Rock," tuvo un promedio de casi 12,2 millones de espectadores, justo detrás del mínimo histórico de 12,3 millones de la ceremonia de 1990 transmitida por Fox. Comparativamente, 13 millones de personas sintonizaron la ceremonia del año pasado y su despedida de la serie "The Sopranos," dejándola penúltima en las cifras de audiencia de los Emmy. La audiencia del domingo se redujo en parte porque los programas y estrellas que concentraron la mayor atención, incluyendo la mejor serie dramática "Mad Men," la comedia "30 Rock" y los actores ganadores de series como "Damages" y "Breaking Bad," atraen una audiencia relativamente escasa. La transmisión de los Emmy en ABC también coincidió en la mitad este del país con la popular transmisión por NBC de un encuentro de fútbol americano, donde los Vaqueros de Dallas vencieron 27 a 16 a los Green Bay Packers. También muchos neoyorquinos probablemente vieron la transmisión en ESPN del último partido de los New York Yankees en su histórico estadio. No obstante, la audiencia de ABC no fue ayudada por una presentación de los Emmy que a juicio de los críticos fue un fracaso, especialmente un extraño y e improvisado monólogo de apertura compartido por cinco presentadores de "reality shows" que hicieron las veces de anfritiones grupales. En una suerte de homenaje a su improvisado género televisivo, Howie Mandell ("Deal or No Deal"), Ryan Seacrest ("American Idol") Jeff Probst ("Survivor"), Tom Bergeron ("Dancing with the Stars") y Heidi Klum ("Project Runway") se tomaron el escenario por cinco minutos para bromear. Probst, Seacrest y Mandell dejaron el escenario para Bergeron y Klum, al que se les unió William Shatner para una broma que involucró romper las ropas de Klum.