Con más de 170 años de historia, la excelencia, la calidad y la tradición han sido el sello de esta casa vinícola. Marqués de Murrieta cuenta con dos bodegas, una en el sur de Rioja Alta, donde nacen algunos de sus vinos más reconocidos a nivel global, y otra en Galicia, cuna del aclamado albariño Gran Vino Pazo Barrantes.
Marqués de Murrieta, el vino que conquista México

Uno de sus grandes emblemas es Castillo Ygay, un vino que, en palabras del presidente de la bodega, “encapsula el valor del tiempo y la paciencia en cada botella”. Su consistencia y calidad han sido premiadas como "Mejor Vino del Mundo" por Wine Spectator, consolidándose como un referente en la alta enología.
Es en la crianza donde sucede la verdadera magia, los aromas, la textura y la profundidad se entrelazan en perfecta armonía, dando vida a vinos que no solo cuentan historias, sino que despiertan emociones.

Vicente Dalmau Cebrián-Sagarriga, presidente de la bodega y líder de su evolución, compartió en exclusiva los detalles de esta estrategia, que busca acercar su colección a los paladares más exigentes de México. Desde que asumió el liderazgo en 1996, ha modernizado las instalaciones, revitalizado los viñedos y llevado a Murrieta a un reconocimiento global sin precedentes, lo más importante sin perder la esencia que lo hace único.
Más allá de los premios, la verdadera grandeza de Marqués de Murrieta radica en su capacidad de encontrar el equilibrio perfecto en cada botella. Como bien lo expresa Vicente Dalmau, “cada etiqueta es el resultado de un meticuloso proceso donde el tiempo, la paciencia y la pasión se encuentran”.

La expansión en la Ciudad de México es un paso más en su misión de acercar la excelencia del vino español a nuevas generaciones de amantes del buen vivir. Con eventos exclusivos, alianzas estratégicas y una distribución más amplia, Murrieta busca consolidarse como la elección definitiva para quienes valoran la autenticidad, la historia y la perfección en cada copa.
