Dónde duermes importa. Tu entorno para dormir tiene un gran impacto en la calidad de tu sueño. El color de la pared, los accesorios de la cama y la iluminación (o la falta de ellos) adecuados pueden ayudarte a dormir mejor por la noche.
Aquí te dejamos todo lo que necesitas para convertir tu cuarto en un espacio relajante y descansar de verdad.
Considera pintar las paredes de tu cuarto de un color que ayude a promover el sueño. Los colores tienen efectos psicológicos y, mientras que algunos pueden provocar sentimientos de calma, otros pueden ser estimulantes.
Las investigaciones muestran que las personas encuentran que los tonos apagados de azul, verde y amarillo son calmantes, relajantes y alegres, así garantizarás una buena noche de sueño.
La temperatura del lugar donde duermas es un factor crucial para una buena noche de sueño. La temperatura interna de tu cuerpo es naturalmente más baja durante la noche, y si tu habitación está demasiado caliente (o demasiado fría), puede afectar la temperatura ideal e interrumpir el sueño.
Por lo tanto, baja el termostato por la noche a la temperatura nocturna óptima de aproximadamente 18,3 °C.
En lugar de despertarte con una alarma discordante, intenta despertarte con una luz que aumente gradualmente e imita el sol saliendo.
Estos despertadores no solo hacen que tu día comience con calma, sino que también se ha demostrado que mejoran el estado de alerta durante el día y ayudan a restablecer el ciclo de sueño y vigilia para que duermas más profundo por la noche.
Usar una aplicación que te guíe a través de una meditación antes de acostarte es una excelente manera de relajarte. Además de reducir el estrés y disminuir la presión arterial, ambos te llevan a una mejor noche de sueño, la meditación consciente podría ser una alternativa viable a los tratamientos tradicionales para el insomnio.
Las sábanas y fundas de almohada de tejidos naturales son ideales para una noche de sueño reparador y fresco. Las sábanas de algodón, bambú, seda y lino son generalmente las mejores para absorber la humedad y mantenerlas frescas.
¿El único problema? Tu cama será tan cómoda que quizás nunca quieras irte.
Un té nocturno relajante podría ser el ingrediente que falta en tu rutina para dormir. Las diferentes mezclas para la hora de acostarse contienen diferentes hierbas (como manzanilla, menta y pasiflora), pero todas con la intención de ayudarte a conciliar el sueño de forma natural.
Una habitación a oscuras es un must para dormir de la mejor forma posible. La instalación de persianas o cortinas opacas pueden ayudarte a obtener todos los beneficios de la luz natural durante el día y la oscuridad durante la noche, lo que respalda tu ciclo de sueño.
Hay toneladas de opciones, así que asegúrate de investigar para comprar una que funcione bien para tu espacio.
Ten en cuenta la forma, el grosor y la firmeza de la almohada que escojas. Es importante usar una que apoye la curva de tu cuello y se ajuste a tu posición para dormir (atrás, de frente o de lado).
La almohada adecuada te ayudará a alinear la columna vertebral para mantenerte cómodo y permitirte un descanso más profundo.
Las mantas con peso imitan la estimulación de presión profunda, una forma de terapia en la que la presión aplicada en tu cuerpo ayuda a reducir tus niveles de estrés. Por este motivo, las mantas con peso ayudan no solo con el insomnio y la inquietud, sino también con la ansiedad, la depresión y el cansancio a lo largo del día.
Ahora que sabes cómo convertir tu cuarto en un espacio relajante podrás tener noches de descanso que harán que tu vida de un giro de 180 grados. ¡Felices sueños y que tu recamara sea el destino de viaje favorito para descansar!
