Todos tenemos una idea más o menos clara sobre lo que es la felicidad, o al menos tenemos bien ubicados los espacios, las situaciones y las personas que nos hacen sentir felices. Sin embargo, más allá de esos “episodios”, habría que entender que la felicidad es un estado del ser humano que, a veces, resulta complicado alcanzar, sobre todo porque en una época como la que vivimos en la actualidad– las exigencias y los distractores que abundan a nuestro alrededor parecen alejarnos del “objetivo” o, mejor dicho, nos impiden ver que, más que lograrla, la felicidad se trata simplemente de vivirla.
¿Qué es la felicidad y cómo podemos lograrla, según el autor Rafael Santandreu?
“(Esa incapacidad de lograr la felicidad) tiene que ver con cómo vivimos como sociedad. En realidad, la felicidad empieza en el momento en que empiezas a pensar correctamente, no depende de la edad. Depende de que dejes de quejarte y aprendamos a dejar de quejarnos y a valorar la maravilla que siempre hay a nuestro alrededor, las posibilidades enormes”, dijo el psicólogo español Rafael Santandreu, autor de libros como El arte de no amargarse la vida, Nada es tan terrible, Las gafas de la felicidad o Sin miedo, que compartió en exclusiva para Quién algunas reflexiones sobre este tema.
Entre ellos, Santandreu hizo especial hincapié en que el quejarnos, acción que se ha vuelto casi, casi un “deporte nacional” (sin importar la nación en la que estemos), es una pérdida de tiempo monumental que nos aleja de la felicidad.
¿Quejarse nos impide encontrar la felicidad?
“Lo que sucede es que vivimos en una sociedad que se rige por una ley errónea, que sería algo así como: ‘Cuanto más, mejor’. Y eso es una ley errónea, porque lo que hace es meternos en un mundo de hiperexigencia muy loca que acaba por volvernos locos”, aseguró el escritor Rafael Santandreu en entrevista, sobre la percepción que tienen (o tenemos) muchas personas sobre lo complicado que es lograr la felicidad en un mundo tan acelerado y estresante como el nuestro. Un mundo que nos orilla a vivir quejándonos todo el tiempo de todo y de todos.
La queja, en este sentido, se vuelve adictiva, se convierte en un placebo: nos quejamos del tráfico, nos quejamos de los compañeros de trabajo, del vecino, del gobierno, y en el camino encontramos a personas que comparten las mismas quejas u otras diferentes y, al expresarlas, nos hacen sentir mejor –acompañados o liberados, aunque sea momentáneamente–, pero sabemos en el fondo que esta acción no es una solución real.
“Quejarse es muy neurótico”, aseguró Santandreu. “Fíjate que Stephen Hawking, el científico en silla de ruedas, tenía una mentalidad maravillosa, porque pese a tener ELA (esclerosis lateral amiotrófica) y no poderse mover, él decía que eso era una adversidad muy pequeña; que él podía ser inmensamente feliz al margen. Y él tenía un lema personal ‘Quejarse es inútil y una pérdida de tiempo, no lo pienso hacer jamás’”, recordó el autor. “Imagínate si él se hubiese puesto a quejarse desde el inicio, cómo hubiese acabado”.
Quejarse es un error
“Quejarse es siempre un error. Eso ¿qué significa? ¿Que no hay cosas que puedan ser mejoradas? Por supuesto que sí. Y si quieres, las mejoras; pero si no quieres, no. Porque en realidad las cosas siempre van (suceden, pasan). La mayor parte de las veces, estando vivo ya, las cosas van estupendamente bien. En realidad, la queja es absurda porque se puede ser feliz con como están las cosas”, señaló el psicólogo.
De acuerdo con Santandreu, la queja es un “lamento” por el cual señalamos lo que nos impide ser felices, que estamos dispuestos a creer. Desde esta perspectiva, con la queja decimos: “Sucede esto y no debería suceder”.
“Lo cual, te diría que desde un punto de vista científico, racional, es supersticioso, porque si (algo) ya es, ¿por qué niegas la realidad? Esto es lo que es. ¿‘No debería ser’? ¿Quién lo dice? ¿El cielo, el universo? Es muy infantil esa mentalidad”, enfatizó.
Quejarse siempre es un error. Quejarse es el germen de la locura y de la infelicidad
“Yo creo que cuando eres feliz, estás prácticamente feliz todo el tiempo y eso es bastante estático. El problema está en buscar la felicidad donde no está y vivir con momentos de ‘alteración orgásmica’ y eso no tiene nada que ver con la felicidad”, puntualizó Rafael Santandreu sobre esos “episodios” que nos producen “felicidad” o, visto desde esta perspectiva, simplemente nos provocan euforia.
“Sí que hay cosas que puedes calificar como retos o problemas (porque incluso las tragedias como la muerte son cuestiones naturales e inevitables) pero nada realmente puede quitarte la felicidad, ni siquiera la muerte prematura de nadie”, añadió.
¿Qué es la felicidad? Esta es la visión de Rafael Santandreu
La respuesta a la pregunta de cómo lograr la felicidad, o cómo encontrarla, puede resultar más sencilla y más obvia de lo que jamás pudimos imaginarnos. El hecho de vivir obnubilados por factores que nos distraen de lo esencial de la vida nos impiden darnos cuenta de esto o, por lo menos, hacen complicado encontrar la respuesta.
“Una buena definición de felicidad podría ser cuando uno sabe que tiene más que suficiente para estar genial y siempre lo tendrá. Cuando tú realmente estás convencido de eso, estás más que bien. Porque encuentras un gran placer en las cosas mínimas. Por ejemplo, los placeres mejores de la vida es como estirar las piernas sobre la mesa, que entre la luz; porque la luz es un puto milagro. Eso ya es maravilloso. Pero sólo seremos capaces de apreciar estas cosas maravillosas si la mente no está quejándose. Si está quejándose, ¿cómo va a apreciar? No tienes espacio”, concluyó.