Está bien no estar bien, no todo tiene que ser siempre color de rosa, eres humano, es natural que muchas veces sientas que las cosas no tienen sentido. La positividad tóxica implica imponernos una actitud falsamente positiva exagerando un estado de felicidad incluso en los momentos más difíciles.
Positividad Tóxica: Un arma de doble filo
La vida está llena de obstáculos y todas aquellas emociones que por alguna u otra razón decides reprimir tarde o temprano pasan factura, hablar de tus sentimientos no te hace una persona débil o menos capaz, recuerda que a veces está bien pedir ayuda.
Hoy en día se habla mucho sobre la importancia de mantenernos positivos y cuidar nuestra salud mental, claro que esto es crucial, pero el enfoque de “sonríele a la vida y ella te sonreirá de regreso” supone una realidad en donde no hay baches y donde lo único necesario para salir adelante es mantener una “buena actitud” pero en muchas ocasiones, la vida real no es así.
Actualmente, por medio de las redes sociales, estamos expuestos constantemente a contenidos que pueden generar mucha ansiedad en los espectadores ya que todo el tiempo nos topamos con “vidas perfectas” donde pareciera ser que la palabra problema es inexistente. No dejes que la presión de terceros te haga sentir mal o fracasado, el nivel de felicidad de cada persona se mide de distinta manera.
¡Llegó el momento de ponerle nombre y apellido a tus emociones! Es importante que te vuelvas consciente y aprendas a entablar una conversación contigo mismo, de esta manera será mucho más fácil identificar aquellas sensaciones que te hacen sentir afligido. Empezar a escribir cada uno de tus pensamientos y lo que estos generan además de tomar un descanso del mundo exterior puede ser un gran comienzo, recuerda, está bien no estar bien.
Deja de bloquear y minimizar tus emociones, es completamente válido sentirte mal o frustrado lo único que es inaceptable es sentirte culpable por eso. ¡Ánimo aún queda mucho por crecer, mejorar y sanar!