No es fácil encontrar un hotel familiar que combine playas semi vírgenes, reservas naturales, una buena cocina y áreas ideales para cada mienbro de la familia, al mismo tiempo que se esmere en tener espacios solo para adultos. Encontramos un lugar así a 30 minutos del aeropuerto de Puerto Vallarta, y nos encantó.
Se trata de Conrad Punta de Mita, un hotel que desde el primer minuto te invita a desconectarte de la cotidianidad y la vida urbana, de la que todos queremos huir de vez en cuando.
Si bien la zona de Sayulita es de las más alejadas del centro de Puerto Vallarta, es también una de las menos congestionadas, tanto en tráfico como en el número de personas que te encontrarás en la playa, porque toda esa área, sobre todo pasando Bucerías y el pueblo de Punta Mita, mantiene esa escencia pueblerina.
Una vez en el hotel, la cosa se empieza a poner mejor, sobre todo cuando notas que el resort está rodeado de áreas verdes protegidas y el campo de golf Litibú Course, de 18 hoyos y diseñado por Greg Norman, al que los huéspedes de Conrad tienen acceso.
El lugar está situado justo enfrente de la famosa playa Lobo, de más de tres kilómetros de longitud, y desde la que es bastante común ver ballenas. Tuvimos la suerte de ver a una familia de estos increíbles animales marinos desde la terraza de nuestra habitación, pero algunos lugareños nos comentaron que se trataba de un grupo de 30.
Nuestros espacios favoritos fueron las tres piscinas, todas equipadas con áreas para broncearse, relajarse o tomar algo. La alberca para adultos es la más discreta y cuenta con un bar de coctelería de lo más completo. Obvio, el Kids Club, diseñado para niños de entre cinco y 11 años, es la salvación de los papás y el área preferida de los más pequeños.
Para los adolescentes, y uno que otro adulto, existe el game room, en el que se pueden poner a prueba las habilidades de los jugadores con videojuegos, hockey de aire, billar, ping pong y el típico futbolito, todo con el cumplimiento de los más altos estándares de limpieza de Clean Stay Program.
En cuanto a los alimentos, conocimos los cuatro restaurantes y los tres bares del hotel, en los que disfrutamos de comida típica mexicana con un toque gourmet, así como platillos internacionales y los clásicos mariscos del Pacífico mexicano. Les recomendamos desayunar en el restaurante al pie de la playa y cenar en el de carnes, donde es un verdadero delito no pedir los churros para postre, pero el que definitivamente no se pueden perder, es Codex, su restaurante insignia frente al mar, con un menú que fusiona técnicas culinarias ancestrales, cocina vivencial y cocina de arraigo. Tienen que pedir el taco de lengua confitada, jaiba de concha suave y el famoso tamal uchepo.
Para relajarse hay varias opciones, como la Agave Experience (muy, MUY, recomendable), el spa y el temazcal tradicional, ambos espacios con técnicas y olores ancestrales de la región y del mundo, que le han dado a Conrad y Hoteles Hilton, un lugar privilegiado en el competitivo mundo de la hospitalidad.
