Sin que nadie recibiera advertencia alguna, el mundo entero tuvo que detenerse y adaptarse a nuevas condiciones de vida que aún hoy, por momentos, nos causan desconcierto. Nuestro modo de vida cambió, posiblemente para siempre, pero esto no tiene por qué ser negativo. Si lo miramos con los ojos de quien sabe que todo, siempre, puede ser mejor. Quizá esta es una etapa de crecimiento y de evolución en la que por fin podremos ser más conscientes de que cada segundo de vida es un regalo, ¿no crees?
Haz que cada segundo cuente, ya es tiempo de volver a comenzar
Retomar los planes que teníamos y que nos llenaban de ilusión, no depende de que el mundo vuelva a ser el de antes, sino de que nosotros seamos lo suficientemente valientes para crear nuevas formas de lograr lo que nos emociona y permitirnos disfrutar cada paso hacia esas metas. Como dicen por ahí, lo que importa no es el destino, sino el camino.
Lo primero que hay que hacer es ubicarnos en nuestro centro y, aunque sea por un instante, darnos la oportunidad de escuchar lo que desea nuestro corazón. Eso que tal vez no es lo que los demás esperan de nosotros pero que sabemos, sin ninguna duda, que nos va a hacer felices. Y eso solo se logra entrando en armonía con nosotros mismos.
Para lograrlo, te proponemos hacer una cita contigo mismo y tomarte un tiempo para hacerte tres preguntas. Puedes anotarlas en un cuaderno y responderlas, o simplemente contestarlas en las notas de tu celular, incluso puedes responderlas en voz alta. Lo importante es que contestes con toda la sinceridad posible.
- ¿A qué te gustaría dedicarle más tiempo?
- ¿Cuál es el sueño que ya no quieres postergar más?
- ¿Cuáles serán tus primeros tres pasos para lograrlo?
Al contestar estas preguntas, enfócate en una meta que solo con pensar te llene de emoción y alegría. No te limites a ningún tipo de proyecto, mientras te alegre el alma, vale. Puede que este sueño sea un viaje, aprender algo nuevo, tener una plática especial con alguien, atreverte a aventarte del paracaídas o mantener un compromiso muy personal. En este ejercicio, no existen los imposibles.
Ahora que ya sabes qué es lo que te mueve, puedes elegir un reloj de Citizen, que vaya perfecto con tu estilo, que funcione como recordatorio permanente de lo importante que es esta promesa. Con la pieza que escojas, podrás sellar tu compromiso de tomar acción para hacer que cada instante sume a tus sueños y así, irás construyendo más y más memorias que perdurarán toda tu vida.