#PaolaAlbarrán: La brújula buena la traemos en el corazón, se llama intuición
La famosa bucket list es la que pensamos que al palomear algo, estamos nutriendo nuestro sentido de existencia, sin embargo, estamos seguros de que existe otra forma de vivir.
Pasamos la vida planeando cómo ser, a dónde ir, qué hacer. Visualizando escenarios de cómo sería y dónde sería; viviendo en un futuro en el que la mente va mas rápida que el tiempo y nos sembramos interminables preguntas de cómo tejer con punto fino aquello que nos planteamos.
Esa famosa bucket list que pensamos que al palomear algo estamos nutriendo nuestro sentido de existencia, sin embargo, estamos seguros de que existe otra forma de vivir, de nutrir, de lo que es imposible planear, de los que dejan los micrófonos abiertos a la vida para que escriba en coautoría su propia existencia.
Publicidad
Quien haya soltado rienda para que la vida entreteja alguna historia, es quien ha descubierto ese secreto para realmente poder disfrutarla de verdad. Todos tenemos un plan, está bien, es sano, estás perdido si no lo tienes. Sin embargo, debes dejar ciertas líneas en blanco para que la vida sea la que las escriba en tiempo presente.
Es que no puedes planear qué pedir siempre. La vida te ofrece un menú en el que te espera una sugerencia del día creada especialmente para ti, que de vez en cuando es bueno poder probarla.
Hay poesía que aparece sin querer, que se queda en tu mente y te acompaña por algunos días. Hay tatuajes de alguien, pero te marcan según tu forma de interpretarlos. Hay estrellas que aparecen sin buscarlas, esa flor extra que te regalan o mantras coloquiales que te aumentan la paz.
Son esas palabras que te atropellan y no estás segura de dónde salieron, pero ahora están dentro de ti; son tuyas y te pertenecen. Hay milagros inesperados que alimentan tu fe. Como encontrar un paraguas en el asiento de atrás cuando empiezan las primeras gotas de lluvia. Son regalos y te hacen saberte querida y consentida.
Hay veces que quien menos te lo esperas te pasa el balón y logras meter un gol memorable, y creces en espíritu y en equipo, los goles no se meten solos, necesitas muchas veces de esos pases perfectos para poder anotar. Lo importante no es que te vean, sino que te vean como tú quieres que te vean
Hay sentimientos de paz que te atropellan, como cargar a un bebé, que te poseen en un segundo y permanecen contigo por más tiempo. O con suerte puedes encontrar ampliar tu mente con algunas divagaciones filosóficas de algún desconocido que te cruzas en alguna barra de bar.
Publicidad
Son semillas que echan raíces en lugares donde jamás pensamos sembrar. Hay accidentes que cambian el curso para bien, como esos aciertos que le atina un niño sin querer, sin planear, dándole lugar a lo espontáneo. O esas terapias que valen tanto y que no se pueden pagar, como tomarte una tarde con una amiga y desenmarañar lo que estaba mal.
Acostarte en la arena y que se amolde perfectamente a tu cuerpo mientras el mar te cuenta algún secreto. Son esos días que no necesitas nada más, en los que no hace ni frio ni calor, donde el reloj te espera y te regala pausas sanas, una banca en la sombra de un árbol, ver pasear a señores mayores agarrados de la mano, niños que te regalan alguna mirada.
Alguna canción nueva que describe perfectamente eso que tienes en mente. Hay fantasías que no pertenecen a la realidad, pero tenerlas endulzan poco a poco con sorbos diarios que hay que dar. Quizás desaparecen las hadas, pero te quedas con sus susurros.
Vivir con un plan en la mano inamovible es como vivir en una mina picando piedra buscando las piedras preciosas cuando estamos de espaldas a un cofre lleno de tesoros brillantes e invaluables. No podemos dejar de ir por las piedras pero es importante escuchar esos pequeños cambios del destino.
Perdemos la capacidad de sorprendernos y la soltura de cambiar el rumbo. Posiblemente perderse sin rumbo puede traer frutos increíbles como encontrarte a ti de regreso. Posiblemente perderse en el tiempo es desafiarlo ya que ni tu le perteneces, y cuando lo pierdes tampoco te pertenece a ti.
Es como llevarte a otra dimensión donde lo importante tiene lugar. Buscando plata, soñando en oro. Nos atamos a cosas que nos pierden y nos desconectan de quienes somos. Perdemos la brújula pues si no nos tenemos a nosotros ni el fuego podrá darnos calor. La brújula buena la traemos en el corazón, escúchala, se llama intuición. Es tuya, eres tú.