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#PaolaAlbarrán: Keep it simple, que lo demás se acomodará

Paola Albarrán, mamá de trillizos y fundadora y directora de Ballet Teletón estrena columna. Esta vez escribe y reflexiona sobre la belleza de lo simple. ¡Toma nota de sus sabías palabras!
mar 25 mayo 2021 05:20 PM
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¿Por qué mantener las cosas de manera simple?

Bien dicen que cada cabeza es un mundo, y entre más conscientes nos hacemos, más compruebo la facilidad con la que podemos perder la claridad de nuestras ideas, dejamos que se contaminen, que se empolven o se enreden con frialdad.

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Somos nosotros mismos nuestros jueces más duros, quienes nos vamos complicando la escena, condicionando hasta que las circunstancias perfectas sucedan para atrevernos a empezar, “hasta que llegue el día que”, “un día que salga el sol”, “un día que llegue el momento adecuado”, “hasta que sea luna llena”, “hasta que llueva”… excusas y pretextos que nos alejan de nosotros mismos aún cuando vienen de nosotros mismos… ¿por qué no mejor nos cuestionamos de verdad a fondo?, ¿qué es lo que me impide avanzar?

¿Podríamos a caso poner cada cosa en su lugar y a cada persona en el lugar donde merece estar? Así demostraríamos el cariño cercano presente y puntual, descubriríamos mil formas nuevas de decir te quiero; enseñaríamos que nos importa sin esperar una fecha especial o un ramo de flores. Es una mirada, una llamada, un meme, un “paso por ti”, un decir “estoy aquí”, un “todo va a estar bien”, un brindis en honor a alguien especial (aunque no se entere), es hablar con cariño de alguien o mandar una canción, no nos compliquemos a hacer lo que queremos porque no sabemos cuánto nos tenemos.

Podemos vivir entre frases trilladas que pierdan valor al repetirlas con la cotidianidad, pero es que nada pierde sentido cuando estamos rodeados de gigantes soñadores, de buscadores eternos de ver lo bueno, de enamorarnos de la vida con todo lo que esto conlleva, de gente exitosa que no se distraiga con cualquier destello, de gente feliz, completa sin ganas de robar más. También depende de nosotros rodearnos de algodones que te hagan persistir en el juego de tu comida favorita con mucha frecuencia y con secretos que guardes para ti, de escapadas en la cuidad, de encontrar refugio seguro en una banca, de llamadas nutritivas, de libros reveladores, de generadores de risas inmediatas y esperanzas sembradas, de meditaciones que te sumerjan en tu grandeza y de niños que te llenen el alma.

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De no complicaciones, de sobremesas donde arregles el mundo, de cuentos repetidos que cada día los leas diferente, de dejarlo normal, de no complicarnos de más, que cualquier escenario es bueno para bailar y un picnic se puede hacer bien en cualquier lugar. De chistes recurrentes que te hagan recordar. De disfrutar al máximo un miércoles a medio día, siempre es el perfecto momento para poder hacerlos, de reconocer cuando tú eres la prioridad y romper el cochinito para una emergencia, cuando necesites llamarte emergencia, atenderte, apapacharte, valorarte, consentirte.

De robarte un fragmento de poesía y hacerlo tuyo, o pensar que soplando a diente de león vamos a lograr cosas buenas y esos deseos van a ser escuchados, es estrenar sin ser un día especial, o simplemente blindar cualquier pensamiento con un “estoy bien” de convicción, desde el corazón.

Conéctate con gente simple, grata, creativa, viva, gente que te vea a los ojos y entienda tu mirada y con una palmada en la espalda basta para saberte sostenido; o silencios que se leen distinto cuando el cariño es real.

Es saber recibir un cumplido con un gracias, es reconocer cuando tienes un don sin soberbia, es también saber recibir, es hablar con la verdad sin darle más rodeos y enfrentar sin tenerlo que cargar, es bajarle dos rayitas al ego y reconocer que siempre hay alguien que sabe más. Es reconocer la belleza de las nubes y encontrar respuestas en la naturaleza.

Es ser elegante y alejarte de las conversaciones tóxicas, es hacer el bien sin decirlo, es hacerlo bien siempre, no buscar atajos, es saber que solo hay un lado y es el de la verdad, es hacerlo simple, no engancharnos, y decir adiós a lo que ya no nos toca más. Es quemar naves y enamorarte del mar, y aunque haya mareas que nos hagan perder la razón tener certeza que todo se vuelve a acomodar.

Hay cosas simples que merecen la pena que se queden así, una receta, un dicho, un amigo. Donde la sofisticación lo ensucia pues disfraza la escena, la distorsiona, lo empaña. Lo simple siempre es amigo de lo elegante, lo menos es más cuando se sabe que es lo que se quiere lograr.

Keep it simple, que lo demás se acomodará.

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