Esta Semana del Arte, que termina sus actividades el domingo, se descentralizó al trazar cinco rutas en las colonias de la Ciudad de México con mayor número de galerías de arte, a las que coleccionistas y público en general han podido asistir de forma gratuita.
Aunque es pronto para hacer un balance en cuanto a ganancias o pérdidas por parte de la comunidad artística, García explicó que una de las sorpresas que se llevaron fue la visita de coleccionistas extranjeros al país interesados en la Semana del Arte.
"Hemos tenido buena respuesta, vinieron extranjeros que no nos esperábamos, pero creo que la gente está muy interesada en salir, viajar y ver, va mucho mejor de lo que esperábamos", confesó Zélika.
Otra de las sorpresas que se experimentaron en esta edición fue la apertura de las galerías a un público más diverso, pues la gratuidad y su difusión, dio oportunidad a que más personas se acercaran a estos recintos, que a diferencia de los museos, suelen tener un público más selecto.
Además espacios a los que difícilmente se tienen acceso como Casa Ortega, del arquitecto Luis Barragán, o el emblemático edificio Ermita, en la popular zona de Tacubaya, abrieron sus puertas para exhibir diversas piezas.
Un mercado aún en crisis
No obstante, las galerías se siguen enfrentando a un escenario difícil en el que las ventas siguen siendo bajas, por lo que haber perdido el espacio de exposición que brindaba la feria en años pasados ha sido un golpe más de la pandemia.
"Al final las galerías son un negocio, tenemos empleados, proveedores y una red de gente con la que trabajamos. Extrañamos un poco ese formato de feria", dice Fernando Mesta, dueño de la galería House of Gaga.
"Ha sido muy duro, más ahora que la situación ha continuado este año, pues siente todavía más pesado", asegura resignado, pero se sincera al decir que la Semana del Arte ha generado una afluencia de gente que no se había tenido en los últimos meses.